Microsoft tuvo que anunciar antes de tiempo la existencia y detalles de la rumoreada Xbox Serie S debido a filtraciones, pero se quedó en que llegaría «en noviembre», sin un día específico. Ahora la compañía ha anunciado el precio y disponibilidad de ambas consolas, la X y la S, que llegarán al mercado el 10 de noviembre por un precio final de 499 dólares y 299 dólares respectivamente. Se trata de un buen comienzo de la próxima generación de consolas, a falta del precio de la PlayStation 5.

Microsoft habla de una potencia gráfica para la Xbox S de aproximadamente el triple que la Xbox One, y de hecho da la cifra de 4 TFLOPS como la potencia de la Xbox Serie S —20 unidades de cómputo (CU) o 1280 sombreadores a 1565 MHz—. Es una diferencia sustancial frente a los 12.15 TFLOPS de la Xbox Serie X, y se queda por debajo de los 6 TFLOPS de la Xbox One X. Aunque no se puede comparar directamente la potencia de cómputo entre Polaris y RDNA, se va a quedar claramente por debajo en potencia.

Lo compensa con una SSD igual de tipo PCIe 4.0 a 2.4 GB/s, su tamaño compacto y que en realidad es una consola para jugar a FHD y 60 Hz, y en títulos sencillos a QHD y 120 Hz. La RX 5500 XT de 180 euros —debería estar ya por 160 euros, pero AMD sigue con problemas de existencias de chips RDNA— de arquitectura similar y 22 CU tiene 5.2 TFLOPS, y claramente no es una tarjeta gráfica para jugar a QHD y 120 Hz, pero Microsoft asegura que sí sirve para ello la S. Tiene incluso menos potencia que una Radeon RX 5300, la cual tiene 4.6 TFLOPS. No tiene mala pinta por 299 dólares de partida, pequeña y compacta, pero no es una One X.

Cuenta con misma salida de vídeo HDMI 2.1, y la parte de procesador es de ocho núcleos Zen 2 a 3.6 GHz en vez de a 3.8 GHz con 8 GB de GDDR6 exclusivos de la GPU (224 GB/s de ancho de banda) y 2 GB exclusivos para el sistema operativo en sí. También incluye la posibilidad de usar una tarjeta de expansión de 1 TB con la misma velocidad de funcionamiento que la unidad interna.

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