Microsoft pondrá a la venta en noviembre la Xbox Serie X y hasta entonces hay tiempo de ir creando más expectación. Ahora lo hace mostrando la nueva interfaz que tendrá la consola, que no puede más que recordar a la de la Xbox One de los que partía. La compañía ha presentado en un vídeo los cambios introducidos, así como la apuesta social de la consola, por si no hubiera ya suficiente gente compartiendo su contenido.

Las buenas noticias están relacionadas con la optimización de los menús en sí, que ocupan un 40 % menos de memoria, aunque teniendo un procesador de núcleos Zen 2 a 3.8 GHz ya se notará bastante fluidez adicional. Además la pantalla de inicio se cargará en un 50 % del tiempo actual al arrancar la consola, o un 30 % al volver desde un juego. Los cambios hechos a los menús en sí también tienen que ver con la legibilidad de los textos con cambios en las fuentes usadas, ubicación, estilos aplicados, etc. La idea vuelve a ser la de simplificarlo todo lo máximo posible sin perder formas de que sea visualmente atractiva; esto último se perdió en los primeros compases de la Xbox One por cuestiones de los tiempos que corrían.

La otra apuesta es por la multiplataforma, por lo que habrá aplicaciones remodeladas para todos los dispositivos, haciendo hincapié en la personalización de las interfaces, los avatares y que se tenga fácil acceso a todas las notificaciones que se vayan recibiendo. También es un diseño de interfaz que va más fluido, y se podrá disfrutar en las aplicaciones de Xbox en PC y móviles, pero también en la Xbox One.

Vídeo

Vía: Ars Technica.