El lanzamiento de las consolas de nueva generación estuvo envuelto en la discusión sobre el precio con que Microsoft y Sony las iban a lanzar. Sony fue a lo asequible, dejando la PS4 en 399 euros, y Microsoft optó por incluir Kinnect junto a la Xbox One como un añadido que aportaba valor a su idea de nueva generación de consolas, dejando el precio en 499 euros.

Una ventaja competitiva, el precio, de la que Sony puede estar saliendo favorecida pese a no contar por ahora con grandes títulos exclusivos. Por eso la compañía japonesa ha anunciado la venta de 5,3 millones de consolas desde que se pusiera a la venta a mediados de noviembre. Una cifra cumulativa que, si la unimos con otros datos como la venta de dos veces la cantidad de PS4 que de Xbox One en EE.UU, puede ser el indicativo de quién va a ser el ganador de la lucha por la próxima generación.

Eso sí, son datos previos al lanzamiento de la PS4 en Japón y a la aparición de uno de los juegos que está llamado a ser el éxito del año, Titanfall, exclusivo para Windows y Xbox One. Si hay una tendencia al cambio no evitará que por ahora se hayan vendido menos XBO que PS4, a falta de las cifras que dé Microsoft.

Vía: TechCrunch.