Valve ha despertado mucha curiosidad en torno al Steam Machine, un mini-PC del que está por ver el precio, aunque va a ser un buen ejemplo de lo que Linux puede ofrecer a los jugones. Pero también lo que no puede ofrecer, ya que Linux no es un sistema operativo en el que se pueda usar HDMI 2.1. Valve lleva tiempo trabajando en una solución, pero es bastante complicada, y eso limitará la funcionalidad del Steam Machine, y de Steam OS en general, en el sector sobremesa.
El problema de fondo es que el HDMI Forum, la entidad que desarrolla la implementación de HDMI, no permite la implementación de unos controladores abiertos bajo el estándar HDMI 2.1. Aunque el Steam Machine tiene el hardware de HDMI 2.1, la única solución para usarlo en él será instalarle Windows. AMD, que es quien pone la CPU y la GPU del equipo, no tiene permiso para crear unos controladores de HDMI 2.1 para Linux.
Así que eso imposibilita jugar a más de 4K y 60 Hz sin submuestreo de crominancia. Esta técnica permite reducir de los 4:4:4 para los canales de color a 4:2:2, pero tiene un problema de que genera imágenes ligeramente borrosas. No se notará en juegos —o no demasiado—, pero sí se nota al leer textos. Así que es una solución que no encajará a todo el mundo. El Steam Machine no es una consola, un producto específicamente hecho para jugar y no sirve para otra cosa, sino que es un PC completo. Así que es de imaginar que la inmensa mayoría de los compradores de un Steam Machine lo usarán como, bueno, un PC.
Vía: Ars Technica.