El tercer producto que Valve anunció ayer, pero que personalmente no me interesa y por eso hablo de ellas hoy que ya tengo tiempo, son las gafas de realidad virtual Steam Frame. Son una buena renovación de lo que ya tenía la compañía porque tendría que mirar de cuándo son las anteriores, las Index, pero diría que fue poco antes de la pandemia. Sea como sea, este modelo incluye en su interior un Snapdragon 8 Gen 3 de Qualcomm, y funcionan con SteamOS 3.
Incluyen 16 GB de memoria LPDDR5X, con versiones de 256 GB o 1 TB de almacenamiento, más un lector de tarjetas micro-SD. La batería es de 21.6 Wh, que no me parece mucho, y se recargan por un USB-C con 45 W. Tienen un diseño más cómodo y no son especialmente pesadas pero tampoco ligeras, con 440 g, teniendo en cuenta que incluyen las cámaras para rastrear el movimiento del usuario.
Hay dos pantallas con una resolución de 2160 × 2160 píxeles cada una, pudiendo funcionar de 72 Hz hasta los 144 Hz. Tiene lentes plegadas —llamadas también panqueque, tortita o pancake, pero me niego a usarlos por ser nombres estúpidos—, con un campo de visión de 110º, e implementan renderizado foveado —de fóvea, la zona de máxima agudeza visual—. Incluyen Wi-Fi 7, Bluetooth 5.3, y unos altavoces estéreo de calidad sobre las orejas. Se acompaña de un par de Steam Frame Controllers con palancas TMR y autonomía para 40 horas.
