Intel ha pasado por un mal momento debido a problemas coyunturales que arrastra desde hace veinte años. La fuerza con la que irrumpió AMD en el sector de los centros de datos con los primeros EPYC le hizo mucho daño, y con cada nueva serie cada vez más. En los Core Ultra 200 no tiene un rival de los Ryzen 9000X3D, aunque al sector que están dirigidos —tarjetas gráficas tipo RTX 5080+ para jugar a FHD— no es que mucha gente los necesite y los Core Ultra 200 sirven igual de bien. Pero bueno, tienen otras ventajas como el zócalo AM5, que va a seguir recibiendo procesador años y años. Sea como sea, tras un par de años malos en Intel, finalmente han vuelto a la senda del crecimiento en el tercer trimestre.
Los recortes los inició con fuerza Pat Gelsinger y los ha continuado Lip-Bu Tan, por lo que a cada uno hay que darle su mérito y en este caso es de Gelsinger, que se encontró una compañía en indigencia de arquitecturas y litografías, y las que van a salir en el próximo año son obra suya y de su reestructuración de la compañía, salgan bien o mal.
Sea como sea, los ingresos de Intel en el T3 fueron de 13 700 M$, un 3 % más interanual, mientras que el margen bruto ha subido del 15 % al 38.2 %, o 23.2 puntos porcentuales, lo cual está muchísimo mejor. Un 15 % a muy corto plazo era pedir el cierre de la compañía. Los beneficios fueron de 4100 M$, al menos según la baremación del Plan General Contable (PGC, o GAAP en inglés) emitida por el Gobierno estadounidense.
El Grupo de Computación de Cliente ha mejorado los ingresos interanualmente hasta los 8500 M$, aunque sea apenas un 3.6 % y los beneficios fueran ligeramente menores. La división de Centros de Datos e IA ingresó lo mismo, 4100 M$, pero con más beneficios, unos 1000 M$ (sin seguir el PGC). Intel Foundry, que opera como una división totalmente externa con su propia cúpula, ingresó 4200 M$ con unas pérdidas de 2300 M$, así que sigue en la línea del último año. El resto de ingresos (Altera o Mobileye, por ejemplo) fueron unos 990 M$ con unos beneficios de 100 M$.