Apple ha dado comienzo a la WWDC con la habitual conferencia inaugural en la que presenta las novedades más importantes de sus sitemas operativos que llegarán previsiblemente a finales del tercer trimestre del año o principios del cuarto, aunque se podrán disfrutar (o no tanto) en forma de betas para los desarrolladores en las próximas horas, y las betas públicas en julio. El cambio más importante es el rediseño de la interfaz, marcando el primer gran cambio en una década.
Afecta a todos los productos, aunque en esta ocasión pasa a iOS 26 e iPadOS 26 desde su versión iOS/iPadOS 18. Es un cambio para que vaya con un poco de adelanto al año en el que va a ser la versión más usada, por aquello de que llegará a finales de 2025 y estará en uso durante la mayor parte de 2026. En el caso de macOS 26, la versión se llama en esta ocasión Tahoe, desde macOS 15.
El nuevo lenguaje de diseño usado por Apple ha sido bautizado como Liquid Glass, pero en general me parece un poco pobre. Aumenta el tamaño de iconos y el espacio de celdas y otros elementos —lo cual lleva a un peor aprovechamiento de la pantalla—, hace degradados propios de hace veinte años, pero en la práctica cambia poco respecto a la interfaz actual. Tendré que usarlo para dar una valoración de uso, pero de entrada no me gusta nada. Espero que se pueda mantener el diseño actual.
Los cambios de los sistemas operativos son poco importantes y se centran principalmente en añadir pequeñas características a las aplicaciones nativas. Alguna está bien porque mejoran la usabilidad, pero no hay nada especialmente rompedor. Añaden una nueva aplicación de Juegos, y se van a portar a macOS más juegos, con una mejor integración con Game Center, o acceso más rápido a chateo mientras se juega en macOS, entre otros. En el caso de iPadOS, hay un nuevo sistema de ventanas más avanzado que en la práctica lo acerca más que nunca a macOS.