Los auriculares de copas abiertas siguen siendo los más buscados por audiófilos, que es un sector más reducido pero bastante más exigente, lo que lleva a que haya modelos comparativamente más caros. Se centran totalmente en el audio por cable, como el reciente HD 550 de Sennheiser del que hablo en este análisis. Deben ofrecer comodidad y un sonido equilibrado dentro de unos patrones que buscan los audiófilos, por lo que es algo más sencillo analizarlos que los modelos para jugones o de uso general. Pero a la vez es también más complicado porque hay que detectar los pequeños cambios del audio a distintas frecuencias.
Desembalado

Los HD 550 de Sennheiser llegan en una caja blanca, azul y negra en el que solo destaca en su portada que son abiertos, y en la trasera hay algo más de información, como su impedancia de 150 ohmios o su respuesta en frecuencia. Al abrirla se puede ver una bolsa en la que van los auriculares junto con un libreto informativo, un cable de 3.5 mm y un adaptador a 6.35 mm.
Los auriculares son de diadema extensible, con muy buena calidad de construcción, y relativamente ligeros con 237 g. La diadema tiene un buen acolchado con cuero sintético, mientras que las copas abiertas son muy amplias. Eso quiere decir que además de no amortiguar nada del ruido exterior, filtran fácilmente el sonido que reproducen en cuanto estén a un nivel medio-bajo. A un nivel medio se podrá escuchar claramente lo que se escucha por aquellos que estén a medio metro.
La rejilla de las copas es acústicamente transparente según el diseño de Sennheise. Las copas tienen unas almohadillas cómodas, con un recubrimiento afelpado que dan buena sensación al ponerse los auriculares. En la copa izquierda está la toma de audio para el cable.
Habría que dedicar un tiempo la primera vez que se usan para buscar la mejor posición de escucha. Normalmente sería conveniente tener los auriculares algo más adelantados para que los transductores queden sobre los canales auditivos, o ciertos sonidos, como los graves, pueden perder algo más de fuerza. Prácticamente no hacen pinza para mantenerse en su sitio, y en general me han resultado cómodos.
Características

Los HD 550 son de muy alta calidad en el terreno del audio. Su PVPR de 300 euros es alto pero cae dentro de lo esperable. Incluyen unos transductores de 38 mm con una respuesta en frecuencia entre los 6 Hz y 39 500 Hz, y baja distorsión armónica (<0.2 %). Su impedancia es mayor de lo habitual, 150 ohmios, pero ideal para amplificadores orientados a la parte alta del sector. Que es el problema que puede haber para analizarlos, y es por lo que los he tenido que probar solo con el Mac Studio, el cual tiene un amplificador para auriculares de hasta 600 ohmios.
Aunque no sea lo ideal usar el Mac Studio en lugar de otro tipo de amplificadores para sacarles el mejor sonido posible, su calidad de sonido es muy buena. Se nota claramente que en los subgraves más profundos, probablemente por debajo de los 60-70 Hz, pierden cierta fuerza, pero aun así Sennheiser hace una buena labor en esa parte que es la más problemática para unos auriculares abiertos.
HD 550 de Sennheiser | |
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Tipo | circumaurales abiertos |
Peso | 237 g |
Resp. frecuencia | 6 Hz y 39 500 Hz |
Impedancia | 150 ohmios |
Conexión | toma de 3.5 mm o 6.35 mm |
PVPR | 300 euros (abril 2025) |
El sonido se nota suficientemente neutro, dentro de que suele ser preferible que las frecuencias altas estén ligeramente elevadas hasta un bajón cuando se acercan a los 20 kHz. Es un apartado en el que estos HD 550 no decepcionan. Las frecuencias medias y la mayor parte de los graves y subgraves se sitúan en donde deberían, por lo que el sonido suena natural, con una escena amplia, y en definitiva, tiene una altísima calidad de sonido, la esperable para unos auriculares de 300 euros para audiófilos.
La música clásica es irreprochable, así como las canciones de jazz vocálico porque son menos intensas en los subgraves. Las canciones de pop suenan a la perfección, con una buena reproducción de los agudos, y la mayor parte de las caciones de rock suenan estupendamente, sobre todo si se centran más en el guitarreo. Otras que se centren más en los subgraves puede salir ligeramente perjudicadas, pero se notan que están todos los subgraves representados, a diferencia de lo que puede ocurrir con auriculares más normales, que tienen tendencia a matarlos.
Conclusión

El catálogo de los fabricantes de auriculares está en constante cambio por motivos de innovar y vender más. Pero en la práctica los auriculares para audiófilos no ha cambiado mucho en décadas por lo que es más complicado decir que unos buenos auriculares de hace 30 años suenan mejor que unos lanzados este año para la misma parte del sector.
De por sí, los HD 550 son unos auriculares muy buenos. Son ligeros y aunque he tardado un tiempo en acostumbrarme a ellos, al final he podido llevarlos durante horas y horas sin notar casi molestia. Suelo tener que recolocarlos tras alguna hora que otra, pero solo un poco más que los QuietComfort 35 II que uso habitualmente —que son para un público totalmente distinto que estos HD 550—. Su sonido es excepcional, con una escena amplia, suenan naturales y con la única pega típica de los subgraves en unos auriculares abiertos, pero que está bien resuelto por Sennheiser.
El problema de estos HD 550 es que los HD 620S o los HD 650 de la propia Sennheiser de precio similar pueden dar una experiencia de audio similar. En los HD 650, incluso mejor teniendo en cuenta su impedancia de 300 ohmios, y solo cuestan apenas cincuenta euros más. Son auriculares para usar con amplificadores, o dispositivos con salidas compatibles de alta impedancia como el Mac Studio, que al final es un PC que se puede usar para edición profesional de audio.
Así los HD 550 son muy buenos, pero recién salidos probablemente no merezca la pena comprarlos, salvo que se quiera específicamente los mejores graves porque es donde Sennheiser ha puesto la mirada en estos auriculares. Son unos auriculares recomendables, que todavía tienen que llegar al mercado

Puntuación
9.1
sobre 10