Lip-Bu Tan ha llegado a la dirección de Intel con ganas de mejorar el producto real de la compañía, sus procesadores y por extensión sus litografías, y tras la presentación de resultados del primer trimestre no le ha quedado más remedio que anunciar recortes que habían sido aplazados o que Pat Gelsinger no quiso hacer. Una pena, porque si los hubiera hecho igual seguiría como director ejecutivo, y eran inevitables.

Los primeros cambios tienen que ver con que asciende las partes de ingeniería de la empresa al nivel de la dirección, que no ha sido lo normal en décadas. Como he dicho antes, quiere recentrar la compañía en la ingeniería, que es lo que le da dinero, y va a eliminar ineficacias burocráticas que han limitado la innovación en Intel. Por ejemplo, hay equipos que tiene ocho o más niveles lo cual elevada innecesariamente la burocracia. Un recorte en la dirección y una reorientación a hacer de ingenieros es lo que está buscando activamente.

Por eso va a recortar notablemente los componentes de cada grupo, lo cual significa una ingente cantidad de despidos entre los ingenieros de la compañía. Tendrán lugar lo más rápido posible y en los próximos meses. También va a recortar en administrativos, porque reducirá el entrenamiento y documentación no esencial. Los que se quedan en la empresa, tendrán que volver a trabajar en la oficina porque se va a terminar la mayor parte del teletrabajo, con cuatro días presenciales a partir del 1 de septiembre que tendrán que ser respetados, a diferencia de los tres días que no se respetaban.

Junto con otros recortes, tiene como objetivo reducir el gasto en 1500 M$ anuales en dos años, hasta los 16 000 M$. Los detalles concretos del plan de recortes, junto con la cantidad de despidos, se irán haciendo públicos en las próximas semanas.

Vía: Intel.