El diseño monolítico de los procesadores Ryzen 8000G está beneficiando a la frecuencia máxima a la que se puede subir la memoria que la acompaña. Con subirla a los 8400 MHz, que el procesador y una buena placa base lo permiten, se puede igualar el rendimiento gráfico del procesador al de una GTX 1650. Pero la memoria se puede subir aún más, para arrancar el equipo. En este caso, se ha documentado que se pueden alcanzar los 10 600 MHz.

Hasta los 10 346 MHz la han subido usando una placa base buena como la B650 AORUS Tachyon, mientras que para alcanzar los 10 600 MHz se ha usado una X670E Gene de ASUS. Los Ryzen multichip separan el controlador de memoria de los núcleos de la CPU, lo cual afecta al rendimiento y estabilidad de la memoria. Los módulos usados son unos Trident Z5 de G.Skill.

Al publicar la información se ha añadido un osciloscopio mostrando que efectivamente funciona la memoria a la velocidad indicada por un posible fallo en el BIOS de las AM5 que puede mostrar que la memoria va a más velocidad de la real.

En los Ryzen 8000G se usa un chip de diseño monolítico, por lo que permite mayor estabilidad de la memoria. Aun así, AMD ha hecho su parte en la optimización del uso de la DDR5 en sus placas base, que también es lo que ha permitido superar los 10 000 MHz.

ddr5-10600-oc.webp

Vía: Videocardz.