Soy bastante aficionado a los mini-PC, y dentro de los que produce MSI para oficinas se encuentra el reciente Pro DP10 13M. Es un modelo que resulta muy interesante para los entornos de trabajo, pero también podría apelar a los usuarios del sector consumo, aunque menos, generalmente por el tema del precio. Este modelo apunta a aquellos que tienen un requisito mayor de rendimiento en su pequeño volumen de 1.1 L.

En este análisis también se incluye un monitor que puede acompañar más que bien al Pro DP10 13M como es el Pro MP341CQ de la propia MSI, que es un modelo para productividad y entorno empresarial, y no tanto a profesionales del diseño. Es un modelo ultrapanorámico con un panel IPS de calidad.

PRO DP10 13M

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El Pro DP10 13M de MSI es un mini-PC realmente pequeño que está disponible en color blanco y en negro, siendo este último el recibido para el análisis. La caja en la que llega, hecha de cartón reciclado, incluye dos bandejas de plástico en la que van los distintos componentes. En la inferior está el mini-PC, envuelto en una bolsa de plástico.

En la superior está el resto de material que se proporciona conél, incluido el cargado de 120 W que utiliza, el manual de instrucciones, y una serie de extras interesantes. Por ejemplo, hay un cable de alimentación y datos para instalar una unidad de 2.5 pulgadas en el interior del equipo, y los tornillos y pieza de sujeción para un montaje VESA de 75 mm × 75 mm, así como la antena de comunicación.

Pro DP10 13M de MSI
ProcesadorCore i7-1360P de Intel
GráficaIris Xe G7 (96 CU) de Intel
Memoria16 GB DDR4-3200 (dos ranuras)
Almacenamiento1 TB PCIe 4.0 ×4
Puertos frontalestres USB 3.0, un USB 3.1 tipo C, toma de 3.5 mm
Puertos traserosun HDMI 2.0b, un DisplayPort 1.4, dos USB 3.0, un RJ-45, un VGA, un Thunderbolt 4
ConectividadWi-Fi 6E, Bluetooth 5.3, Ethernet de 2.5 Gb/s
Dimensiones179 mm × 34.48 mm × 178.82 mm (1.1 L)
Peso1.1 kg
Sistema operativoWindows 11

Este equipo está disponible con procesadores Core i3-1315U, Core i5-1340P, y Core i7-1360P, siendo este último el incluido en el equipo de prueba. También incluye 16 GB de DDR4 a 3200 MHz, y una SSD de 1 TB de tipo PCIe 4.0. ×4, una unidad SN560 de Western Digital para OEM. Para la conectividad recurre a una tarjeta de Intel que le confiere Wi-Fi 6E y Bluetooth 5.3.

El equipo es realmente pequeño, de solo 179 mm × 34.48 mm × 178.82 mm, lo cual son 1.1 L. Como digo, es muy pequeño y como mini-PC me parece estupendo, teniendo en cuenta que MSI no recorta en potencia. Pesa solo 1.1 kg, bastante ligero, con la configuración proporcionada para el análisis. Se incluye también un soporte para ponerlo en vertical que lo mantiene bastante estable en esa posición.

Hay una conectividad variada y suficiente para la mayoría de usuarios. En el frontal tiene tres USB 3.0, un USB 3.1 tipo C y una toma de audio de 3.5 mm. En la parte posterior hay dos USB 3.0, un siempre interesante Thunderbolt 4, un HDMI 2.0b, un DisplayPort 1.2a y un RJ-45. Este último tiene una velocidad de 2.5 Gb/s cortesía de un chip RTL8125BG-CG. El audio lo pone un códec ALC256 de Realtek.

Desmontaje, temperaturas y ruido

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El desmontaje de la unidad es bastante sencillo, ya que solo hay que quitar un tornillo en la parte trasera del equipo. Con ello ya se puede quitar sin problema una tapa que hay en uno de los lados, que da acceso a dos ranuras M.2 2280 y a los dos bancos de memoria SO-DIMM.

Quitando la tapa del otro lado se puede ver el grueso del interior del equipo, aunque hay que tener cuidado con el cable de la wifi, que va directamente a la tarjeta wifi de Intel. Va sujeto con una pieza de plástico para evitar que este y el del Bluetooth se desconecten fácilmente.

El interior lo compone un pequeño ventilador que se usa para mover el aire de un pequeño disipador y dos caloductos de cobre planos y de pequeña longitud. En reposo se puede escuchar claramente el ventilador, aunque no supera los 30 dB. Pero se nota en todo momento que el ventilador está girando y nunca para. En el entorno laboral, que es al que está dirigido este equipo, no habrá problema con ello. Pero por las noches en un hogar se notará mucho.

Al lado del ventilador hay una bandeja para una unidad de 2.5 pulgadas, para la cual se incluye con este equipo un cable de conexión y alimentación. Es fácil de poner y quitar. Por lo demás, la PCB personalizada que ha diseñado MSI tiene un buen diseño, y por el equipo que es tampoco necesita mucha electrónica.

En cuanto a las temperaturas de funcionamiento, el procesador puede llegar en carga completa a unos 70 ºC con el ruido del ventilador aumentando a los 34 dB. Por tanto, no es nada molesto, ni tiene ninguna componente aguda molesta. Me habría gustado que el ventilador se parara con carga ligera, pero ciertamente el minúsculo disipador y caloductos incluidos no lo permitirían.

Rendimiento

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El procesador es un Core i7-1360P, que es un buen modelo para dar mucha potencia en el día a día a un mini-PC como este. Dispone de cuatro núcleos P (potencia) funcionando a 2.2 GHz de base y 5.0 GHz de turbo. También dispone de ocho núcleos E (eficiencia) que funcionan a 1.6 GHz de frecuencia base y 3.7 GHz de turbo. Eso son dieciséis núcleos de ejecución en total.

El procesador tiene un consumo de 28 W a frecuencia normal y de 64 W como máximo, aunque suele situarse en carga completa sobre los 50 W. Con la fuente de alimentación externa de 120 W tendrá más que suficiente para funcionar, incluso aunque tenga la iGPU activa.

En Cinebench R23 alcanza los 9667 puntos multinúcleo tras diez minutos de ejecución. En 7-ZIP alcanza los 63 623 Gb/s, y en Corona 1.3 pasa la prueba en 140 s. Son buenos valores, aunque no son como para tirar cohetes debido al consumo más limitado que tiene frente a otros modelos de procesadores para sobremesas como el Core i5-12400, que alcanza unos 12 000 puntos en Cinebench R23 con sus seis núcleos P.

Unidad gráfica integrada

Esa iGPU es una Iris Xe G7 de 96 unidades de cómputo o 768 sombreadores, con una potencia de cómputo de 2.3 TFLOPS. Es una unidad gráfica integrada de la que ya he hablado bastante, con la que se puede jugar a títulos a FHD y calidad media con un rendimiento sobre los 30 f/s, aunque dependerá enormemente del título.

En juegos sencillos como Cities: Skylines puede alcanzar los 20 f/s con ciudades complejas o 25 f/s cuando se está en una vista simple como la de tráfico. En otro juego de estrategia sin gráficos exigentes como Surviving Mars lo moverá a FHD y calidad media manteniendo los 55-60 f/s. Títulos de juegos electrónicos como Overwatch 2 o League of Legends no tienen problemas en moverlos a FHD y 60 f/s con una calidad gráfica decente.

Almacenamiento

En cuanto al almacenamiento, la unidad incluida es una SN560 de Western Digital, un modelo para fabricantes de equipos originales que tiene un formato M.2 2280 con una interfaz PCIE 4.0 ×4 y un protocolo NVMe 1.4.

Su velocidad es bastante buena, aunque no aporte la mejor del mercado. Tampoco se necesitan las mejores unidades para el objetivo de este mini-PC. En una prueba como CrystalDiskMark 8 alcanza los 5/3.4 GB/s de lectura escritura secuencial y los 52/280 MB/s en el peor caso de lectura/escritura de archivos de un tamaño de 4 kB. Son valores buenos para el día a día.

PRO MP341CQ

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El monitor con el que he probado este equipo es el Pro MP341CQ, también de MSI, siendo un modelo más bien generalista, y orientado a los que quieren tener espacio en pantalla para trabajar con un par de aplicaciones abiertas. El panel es de tipo VA con índice de curvatura 1500 R, que no se hace exagerado aunque si no estás acostumbrado a este tipo de monitores resultan un poco extraños.

El monitor llega debidamente embalado, entre trozos de poliestireno y con una bolsa de protección. En una de las piezas se encuentra todo lo necesario para montar y conectar el monitor, el cual tiene la fuente de alimentación integrada por lo que solo se proporciona un cable de corriente, además de un cable HDMI.

El montaje es bastante sencillo. Solo hay que coger el pie, atornillar cuatro tornillos, y ponerle un par de piezas de embellecimiento. La base circular va atornillada pero que puede hacer a mano sin necesidad de destornillador. Con ello el monitor ya está montado y listo para situarlo sobre la mesa, conectándole el mini-PC.

El panel es de tipo VA de 86.4 cm (34 in) de diagonal con una resolución de 3440 ×1440 píxeles. Su refresco alcanza los 100 Hz y tiene un tiempo de respuesta de 4 ms, o un MPRT de 1 ms. Junto con un refresco adaptable FreeSync, es un modelo que también puede servir bien para jugar. Tiene una profundidad de color de 10 bits (8+FRC) y cubre el 116.25 % de la escala de color sRGB.

Las tomas que incluye el monitor son dos HDMI 2.0b y un DisplayPort 1.2a, que son suficientes para mover el panel a su refresco máximo. Siendo un producto para oficinas se podría echar en falta un concentrador de puertos USB, pero con la combinación del Pro DP10 13M no es para nada necesario.

El tamaño del monitor es de 809.3 mm × 469.5 mm × 237 mm, con un peso de 7.7 kg, que está dentro de lo normal para su tamaño de panel. En la estética predomina el color negro, aunque el monitor también se vende en color blanco (MP341CQW). El pie del monitor solo permite ajustar la inclinación entre los –3.5º a +21.5º. En su parte posterior se puede montar un mini-PC con el soporte VESA, que será la combinación ganadora para este monitor con el Pro DP10 13M.

Los controles del monitor están en la parte posterior derecha. La interfaz de usuario es bastante sencilla, sin casi opciones relacionadas con la calidad de imagen, que suele ser lo habitual en los monitores más baratos. El PVPR del monitor, 400 euros, que se puede encontrar más hacia los 350 euros, hace que por tamaño y características sea un modelo más bien modesto, aunque bueno en cuanto a reproducción de color y posible uso en juegos.

La calidad del color de este monitor es bastante buena, aunque se centra en la escala sRGB, que cubre ampliamente, un 116 %. Aunque llega comprobado de fábrica con esa saturación adicional, una calibración consigue que cubra bien el 99 % de la escala de color sRGB y por tanto mejora la precisión en la reproducción del color.

La uniformidad del brillo del panel es buena, comprobada con un i1 Display de X-rite, que me arroja en torno a los 320 nits en todas las zonas, salvo en la superior izquierda, sobre los 300 nits, y la zona inferior izquierda y central, sobre los 290 nits.

Los altavoces integrados tienen una buena calidad de reproducción, con un alto volumen máximo, aunque distan de ser los mejores altavoces para escuchar música. Matan un poco los graves más profundos, que es lo que suele ocurrir con todos los altavoces de este tipo de monitores, por lo que no es nada nuevo. La respuesta en frecuencia no es plana, y modifica ligeramente las frecuencia medias y alta, pero dentro de lo razonable por lo que me veo sin problemas usándolos en el día a día para reproducir música mientras trabajo.

Conclusión

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El Pro DP10 13M es un mini-PC bastante interesante, aunque igualmente su PVP sobre los mil euros puede resultar bastante caro. Su punto fuerte es su pequeño tamaño, ya que ocupa apenas 1.1 L, y más teniendo en cuenta que el NUC 11 Enthusiast de 1.3 L con un bastante menos potente Core i7-1165G7 y una RTX 2060 está a un precio similar, y el NUC 12 Enthusiast con un Core i7-12700H y una Arc 770M está a unos 200 euros más caro.

Pero el PVP siempre se termina ajustando, por lo que eso habrá que valorarlo en el momento de comprar un nuevo mini-PC. Centrándome en lo que aporta este equipo, el espacio que ocupa es mínimo, no hace un ruido molesto trabajando con él, y tampoco en carga completa. Tiene una buena variedad y un buen número de conectores, incluido un Thunderbolt 4, por lo que siempre existe la posibilidad de usar una tarjeta gráfica externa con este equipo, si es que alguna vez se quisiera jugar con él.

Su diseño es discreto, y mucho más orientado al entorno de las oficinas que al doméstico, por lo que para las empresas puede resultar un equipo muy interesante, de buen rendimiento y prestaciones. Cuenta con una buena capacidad de expansión de almacenamiento, que siempre es de agradecer para no tener que recurrir a unidades externas para guardar grandes cantidades de archivos. Lo veo bastante recomendable… al precio adecuado según las necesidades del comprador.

En cuanto al monitor, el MP341CQ es un buen monitor panorámico de 34 pulgadas, con mucho espacio para un par de ventanas de navegador o aplicaciones distintas. Su calidad de color es bastante buena, y aunque no me terminen de gustar los monitores ultrapanorámicos, podría usarlo para el trabajo de diseño web que hago, al menos tras calibrarlo adecuadamente.

El menú no incluye demasiadas opciones, aunque su orientación no es tanto para profesionales del diseño sino para trabajadores de oficina. La aplicación Display Kit para gestionar el monitor puede ser más de ayuda que el menú de la propia pantalla, sobre todo cuando se vaya a calibrar.

Los ángulos de visión del monitor son muy buenos, y a la distancia adecuada se nota una buena uniformidad del panel. Eso sí, hacia los laterales puede parecer, dependiendo desde dónde se mire, que se oscurecen un poco los colores, pero es algo visual y no un problema del panel. Con la habitación a oscuras viendo vídeos con las bandas negras, se nota una buena uniformidad, aunque en este modelo concreto analizado tiende a aclararse un poco en la zona superior izquierda, pero prácticamente no se nota.

Estos dos productos son una combinación francamente buena para los profesionales a los que va dirigidos, sobre todo por poder montar el Pro DP10 13M detrás del monitor, en la zona del soporte VESA. Siempre se pueden usar para jugar, con una tarjeta gráfica por Thunderbolt 4 o combinando el monitor con un PC de sobremesa más potente, pero no es lo que tiene MSI en mente para estos productos. Los 100 Hz de refresco vendrán viendo incluso en el uso a diario de Windows por ese pequeño extra de fluidez, que siempre se va a notar al pasar de 60 Hz a 100 Hz. Más allá, es cuestión del buen ojo que se tenga.