ASUS ha puesto en el mercado trece modelos distintos de placas base con los chipsets X670 y X670E. Son placas base especialmente caras, sobre todo por la inclusión de PCIe 5.0, que realmente no sirve de nada actualmente, ni en el futuro cercano en el sector consumo. Para los que no puedan esperar a las placas base más baratas con chipsets B650 y B650E, estos modelos no son demasiado variados pero aportarán una buena variedad de conexiones.

Solo hay un modelo micro-ATX y solo uno mini-ITX. Todas tienen buenos sistemas de alimentación para la CPU, y cuentan con un par de ranuras PCIe que salvo en las X670 son PCIe 5.0. Tienen cuatro o cinco ranuras M.2 según su tamaño (dos en la mini-ITX), y según el modelo al menos una es PCIe 5.0 ×4. Suelen incluir iluminación ARGB personalizable.

Casi todas tienen Wi-Fi 6E y Bluetooth 5.2, y las más caras —buenos, todas son bastante caras— incluyen uno o dos puertos USB 4.0 en el panel trasero compatible con vídeo y datos. Como los Ryzen 7000 tienen todos una unidad gráfica integrada, tienen HDMI 2.1 o DisplayPort 1.4. Puede usar memoria DDR5 de hasta 6400 MHz usando perfiles de memoria antes de entrar en el terreno de la sobrefrecuencia manual.