Ahora ya no se sabe dónde terminan los televisores y empiezan los monitores por la tendencia a que tengan las mismas características. La actual generación de consolas de Microsoft y Sony tienen la culpa, aunque eso está beneficiando a los aficionados de este mundillo. Samsung tiene uno nuevo de esos televisores/monitores de altas prestaciones, el Odyssey Ark, el cual fue mostrado en el pasado CES de enero.

El panel es de 1.4 m de diagonal (55 in) siendo de tipo VA con índica de curvatura 1000 R. Atípicamente, la peana incluida permite que el panel rote 90º para usarlo en disposición retrato, lo cual es ciertamente curioso por el índice de curvatura tan pronunciado que tiene. Los de riesgos laborales deben de estar 'encantados' con este monitor y las tortícolis que va a producir si se usa de monitor. También permite el ajuste en altura e inclinación.

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Tiene una resolución de 3840 × 2160 píxeles con un refresco de 165 Hz y un tiempo de respuesta de 1 ms (GaG). Implementa FreeSync y HDR, en este último caso siendo de tipo Quantum HDR 2000 por lo que deberá de alcanzar los 2000 nits de pico. En un uso típico alcanzará los 600 nits. Tiene atenuación local en 1056 zonas. El contraste estático se indica como «1 000 000:1». Cubre el 95 % de la escala de color DCI.

El consumo del monitor es de unos 84 W en un uso típico. Incluye cuatro HDMI 2.1, un concentrador de dos USB 3.0, un RJ-45, wifi 802.11ac y Bluetooth 5.2. El sistema operativo que utiliza su parte de televisor inteligente es Tizen. Tiene una especie de dial que le acompaña para acceso rápido a diversos preajustes —esto se suele ver más en los monitores profesionales—, y un mando a distancia con acceso rápido a aplicaciones como las de Prime Video y Netflix, el cual se recarga por un USB tipo C. No falta illuminación RGB en la parte posterior.

Su precio es de 3000 euros o 3500 dólares.

Vía: EnGadget.