Si eres un usuario de Linux y quieres comprar un Core de 12.ª generación (Alder Lake), igual te interesa esperarte un poco a que el sistema operativo se actualice. La nueva arquitectura de procesadores de Intel incluye dos clústeres de núcleos con distinta potencia, pero de momento el planificador de hilos de Linux no es consciente de la diferencia en los núcleos E y los P. De esta forma, al generarse cargas de trabajo, las distribuye pensando que es lo mismo asignarlos a los P que a los E, y por el azar el rendimiento puede verse mermado.

Al menos es a la conclusión que han llegado en Phoronix, donde han realizado diversas pruebas de rendimiento en Windows 11 y varias distribuciones de Linux (Ubuntu 21.10 con Linux 5.16, Ubuntu 21.10 con Linux 5.15, Clear Linux 35250 y Fedora WS 35). El resultado es que Windows 11 consigue ganar el 45.2 % de las pruebas realizadas ya que siempre asignará las cargas de trabajo a los núcleos P, mientras que en Linux el que se empiece a asignar los hilos por los núcleos P es cuestión de azar. Eso sí, Clear Linux, una versión orientada a maximizar el rendimiento reduciendo el sistema operativo a lo básico, gana el 35.6 % de las veces.

Linux está programado para distinguir entre varios clústeres de núcleos de distinta potencia en el entorno de los móviles, pero en este caso no sabe distinguir adecuadamente entre los núcleos P y E. Nada que no se pueda solucionar con una actualización de los controladores de los Alder Lake para Linux, pero no se sabe cuándo llegará. Mientras tanto, Linux será territorio hostil para los usuarios con un Alder Lake.

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Vía: Tom's Hardware.