El grafeno, material milagro para los científicos, ha dado muchos titulares en la última década pero en la práctica ha revolucionado poco el mundo. Al menos hasta que se consiga producir en gran volumen de manera barata. Mientras tanto, los investigadores siguen usándolo para decir cómo de bueno será el futuro usándolo y en el este caso en los discos duros. Haciendo un cambio en la cubierta protectora que llevan sus platillos se pueden obtener sustanciales beneficios de capacidad y durabilidad. Al menos, según indica la Universidad de Cambridge.

La capa actual de protección está hecha de carbono y va inmediatamente encima de las capas magnéticas que almacenan la información. Por encima de ella hay una fina capa lubricante para favorecer el movimiento de las cabezas lectoras. Al usar grafeno junto al sistema de grabación magnética asistida por calor (HAMR), permite además grabar mucha más información en el mismo espacio. Los investigadores hablan de 4-10 TB por pulgada cuadrada.

Además, la capa de grafeno reduce la corrosión de la capa magnética hasta en un 80 %, a la vez que reduce la fricción y el desgaste, lo que aumenta a su vez la fiabilidad de los discos duros. Aunque estamos en tiempos en los que las unidades de estado sólido dan mucho más rendimiento secuencial y aleatorio, los discos duros siguen siendo los que aportan un menor coste por tera y por tanto salen más rentables para almacenamiento en bruto de información.

Como siempre, no hay fecha para la utilización comercial del grafeno para la sobrecubierta de los platillos de los discos duros.

Vía: EnGadget.