Este año tan extraño ha dejado situaciones absurdas como que se mantengan agotadas tarjetas gráficas que cuestan entre 500 y 2000 euros. En eso incluyo principalmente las RTX 30 de NVIDIA por ser el primero en poner a la venta la nueva generación, pero también hay que incluir a la serie RX 6800 de AMD porque se pusieron a la venta hace diez días en sus modelos de referencia (6800 y 6800 XT) y siguen sin llegar siquiera a las tiendas.

Esta semana se suponía que iban a empezar a llegar los modelos personalizados «en mayor cantidad que las de referencia», pero tampoco se las ha visto. Bueno, están las entradas de algunas personalizadas en las tiendas con el cartel «agotado» junto con precios de hasta 900 euros, pero si conocéis a alguien que haya podido comprar una por los cauces normales decídmelo.

La situación se va a mantener así hasta bien entrado el próximo año aunque desde algunas tiendas se indica que podría haber «disponibilidad limitada» a mediados o finales de diciembre. Pero no contaría con ello porque si las RTX 30 siguen agotadas dos meses y medio después de ponerse a la venta la RTX 3080 no creo que la RX 6800, con el rendimiento demostrado, vaya a cambiar la cosa. Lo mismo lo aplico a los Ryzen 5000, que son un rara avis como las tarjetas gráficas, por no hablar de las PlayStation 5 y Xbox Serie X.

Algunos apuntan a la criptominería como la fuente de problemas, pero lo veo complicado porque las criptodivisas no están al precio suficiente como para que el minado por GPU sea realmente rentable. Soy más de la opinión de que el dinero que no se ha gastado medio mundo este año en viajes y bares está terminando en tecnología. Con tanto teletrabajo y pasando más tiempo en casa también es inevitable.

En el caso de AMD me parece que ha vuelto a jugar con las expectativas de los consumidores porque la compañía está metida en demasiados frentes. Si Microsoft y Sony quieren aumentar la producción de chips entonces AMD tiene que contratar más capacidad a TSMC, y eso implica un periodo de varios meses de espera hasta que consiga alquilar producción y luego algunos meses más hasta que salen los nuevos chips de las fábricas. Por no hablar que tendría que aumentar la capacidad de encapsulamiento de los chips. La reconversión de líneas de producción ya preparadas para un tipo de chip no es demasiado práctico en el hipotético caso de que pudiera pasar la producción de RDNA a RDNA 2 —aunque me imagino que esa reconversión ya habrá sucedido—, por lo que AMD está abarcando más de lo que puede y en un momento de una gran demanda de tarjetas gráficas especialmente caras.

La única buena noticia que habría es que Apple dejara de pedirle nuevos chips, aunque parece que al menos va a llegar algún nuevo Mac con tarjetas gráficas Radeon por lo que por ese lado tampoco puede tomarse un respiro. Y si es cierto que Apple va a poner en el mercado algún Mac con gráficas RDNA 2, entonces ya sabéis quién es el que se está llevando vuestros chips RDNA 2. La conclusión es que si queréis cambiar de tarjeta gráfica esperad hasta mediados de 2021 o poned una vela a san Judas Tadeo.

Vía: Videocardz.