Una vez que el precio de las memorias NAND han bajado hasta niveles adecuados para el tipo de tecnología que es, los fabricantes están trasladando su interés a las unidades de estado sólido (las SSD) más caras. Esas son las que tienen una interfaz PCIe en lugar de SATA3, que tienen mayor velocidad de transferencia. Y esta tendencia está respaldada por los consumidores, que están moviéndose a comprar las PCIe frente a las SATA3.

Teniendo en cuenta que los precios de las SSD de tipo SATA3 ha descendido a la mitad respecto a un año, con modelos que se venden a unos 13 cts./GB, las de tipo PCIe están ahora mismo cayendo a precios similares, en torno a los 16 cts./GB. Esto está proporcionando unas mayores ventas de estos modelos de SSD que se venden en formato M.2 en lugar del más habitual disco de 2.5 pulgadas, si bien también hay SSD tipo SATA3 en formato M.2 con precios similares de 13 cts./GB.

En este sentido, los precios de las SSD de tipo PCIe han bajado en torno al 11 % en el primer trimestre de 2019 frente a la caída del 9 % de las SATA3, y por tanto recortando las distancias de precios. Como comenté en el análisis del Gammix S5 de ADATA o mirando los precios del P1 de Crucial, de los modelos más económicos ahora mismo tipo PCIe, hay muchos consumidores que pueden verse tentados a comprar un modelo PCIe en vez de SATA3 debido a esa escasa diferencia de precios, pero que aporta un rendimiento generalmente superior, notándose sobre todo en la lectura⁄escritura aleatoria o mixta secuencial-aleatoria —la secuencial de 1000+ MB/s poco se va a notar en un uso normal—.

Vía: Guru3D.