Un nuevo frente judicial se le acaba de presentar a Uber. Si no tenía bastante con la demanda colectiva en 48 estados de Estados Unidos en relación a si sus conductores son o no autónomos, se enfrentan a una investigación por prácticas fraudulentas en una demanda distinta.

El pasado mes de diciembre se presentó una demanda colectiva por prácticas monopolísticas contra el jefe ejecutivo de Uber, Travis Kalanick, acusándole de pactar las tarifas con conductores que trabajan contra la compañía. Los precios acordados serían los fijados por el algoritmo de la compañía, como forma de forzar a que los demás conductores hagan lo mismo.

Desde Uber habrían contratado a varios investigadores privados para recabar información sobre los demandantes, los cuales habrían empleado tácticas fraudulentas. Uno de los investigadores contratados se habría hecho pasar por otra persona para recabar información sobre el abogado de Stephen Meyer, el demandante principal. En un primer momento, desde Uber habrían negado haber contratado investigadores, aunque los abogados de Kalanick lo han reconocido ante el tribunal, pero negando que su investigador mintiera u ocultase su identidad.

El juez del caso ha autorizado a los abogados de los demandantes a verificar las alegaciones de Uber, lo que implica que esta compañía deba entregar al tribunal los documentos y comunicaciones relativas al investigador, el cual trabaja para la compañía Ergo. A pesar de que Uber ha solicitado al juez que reconsidere su postura, este considera que hay fundamentos razonables para sospechar de la existencia de fraude.

Vía: Venture Beat.