El problema de los USB Type-C es que la calidad de los cables de algunos fabricantes no son suficientemente buenos, pudiendo dañar algunos dispositivos. Esto ha quedado demostrado por un estudio de Google, quien demostró que algunos cables y cargadores no cumplen con la norma.

Para evitar este tipo de problemas, la organización encargada de la especificación, el Foro de Implementadores de USB (USB-IF), ha desarrollado una especificación, la Autenticación Type-C. Con esta, un equipo podría verificar que un dispositivo conectado cumple la norma nada más conectarse. La comunicación funciona incluso cuando sólo se emplea para cargar, poseyendo una encriptación de 128 bits.

Esta especificación se podría implementar fácilmente en los equipos mediante actualizaciones de software y firmware, aunque los cables habrían de ser rediseñados. Su adopción por parte de los fabricantes aún puede tardar un tiempo aunque, una vez adoptada, haría del uso de esta tecnología algo más seguro.

Vía: Tech Spot.