Una juez de California concedió al FBI una orden judicial para que Apple vulnerase la seguridad del iPhone de uno de los terroristas de la masacre de San Bernardino. La compañía respondió que lo que se les pedía era imposible, ya que implicaba desarrollar una nueva versión de iOS, la cual podría poner en riesgo la seguridad de sus usuarios si se filtraba.

Desde el FBI han indicado que la actitud de la compañía no es más que una maniobra de relaciones públicas, a pesar de que varios de los pesos pesados del sector tecnológico, como Google o Microsoft, han respaldado la posición de Apple. La compañía tenía hasta el viernes 26 de febrero para contestar en los juzgados a la orden judicial, lo que han hecho mucho antes de que venciera el plazo.

Apple responde a la orden judicial

En la moción presentada ante el tribunal, Apple indica que cumplir con la orden debilitaría la seguridad y la privacidad básica de cientos de millones de usuarios en todo el mundo, algo que prohibe la Constitución de los Estados Unidos. En la conferencia de prensa posterior, la compañía ha indicado que se les está pidiendo que violen sus derechos constitucionales recogidos bajo la primera y quinta enmiendas.

También han indicado que lo que se les ha pedido jamás ha sido autorizado por un tribunal, y que ninguna ley en el país autoriza el uso tan general e indiscriminado que pretende esta orden, algo también prohibido por la Constitución. Por otro lado, han dejado constancia de que intentos anteriores de que se obligase a las compañías a instalar puertas traseras en dispositivos han sido descartadas por los legisladores del país.

Apple también ha dado una estimación del tiempo y recursos necesarios para desarrollar lo que llaman el GovtOS. El desarrollo requería de dos a cuatro semanas, y de seis a diez ingenieros, con un periodo de pruebas adicional en varios dispositivos para comprobar que esta versión no destruye los datos.

No se trata sólo de un teléfono

El director del FBI, James Comey ya va cambiando su versión de lo que pretenden. En un primer momento indicaron que sólo querían acceder a este dispositivo y no crear un precedente. Ahora acaba de reconocer que lo que suceda en este caso sentará un precedente sobre la forma en que las fuerzas de seguridad habrán de tratar los dispositivos bloqueados y encriptados, lo cual ha indicado en una comparecencia ante el Congreso de los Estados Unidos.

El próximo 1 de marzo, tanto el FBI como Apple testificarán ante la Comisión del Justicia del Congreso. Por parte de la agencia federal hablará el director de la agencia, Comey, mientras que por parte de Apple será Bruce Sewell, uno de los vicepresidentes de la compañía y su abogado principal.

Vía: EnGadget.