Cuando todavía las compañías se están comiendo con patatas sus televisores 4K, que los vendían hace un par de años como la máxima revolución del sector, LG ha tenido las agallas de presentar su televisor con resolución 8K, que si bien no es el primero en poner en el mercado uno de ellos, sí que iguala con su tamaño de 98 pulgadas al presentado por Samsung en el CES 2014, y al prototipo que mostró la propia LG en el IFA 2014.

Este televisor ya es una versión comercial que se pondrá a la venta en la segunda mitad de este año, pero no será barato teniendo en cuenta que productos similares se venden ahora mismo por más de 100.000 euros. Se podrá ver en el CES 2016 a celebrarse la semana que viene en Las Vegas.

La compañía también presentará los televisores Super UHD (que son resolución 4K UHD con características de mejora de color), que constará de tres gama distintas UH7700, UH8500 y UH9500, con varios tamaños de pantalla cada una. Todos dispondrán de capacidad de reproducir contenido HDR y un diseño extraordinariamente delgado de 6,6 mm de grosor.

Los mejores serán los de la gama UH9500 con paneles IPS con tecnología True Black para conseguir negros auténticos, HDR Plus, y ColorPrime Plus para aumentar la gama de colores que se pueden mostrar en pantalla.

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Problemas de contenidos y utilidad en los televisores 4K (y 8K)

El principal problema de los televisores 4K en realidad está en la falta de contenido, pero también que en un salón típico no suele salir rentable, por distancia con respecto al televisor, el adquirir una resolución más allá de la 1080p porque nuestros ojos no van a notar la diferencia. Con los 8K pasa igual, aunque en el apartado de contenido, para la resolución 8K Google ya tiene adaptado YouTube y hay algún vídeo en ella a este formato.

Incluso ya hay paneles de 17,3 pulgadas a 8K, cables para transmitir contenido 8K al televisor desde dispositivos móviles, y otros televisores 8K que se pusieron a la venta el año pasado por 120.000 euros.

Vía: Digital Trends.