Quizás ese futuro que Ridley Scott nos presentaba en Blade Runner donde veíamos coches voladores en 2019 no se antoje tan utópico viendo la cantidad de compañías que tienen planeado poner a volar sus primeros coches voladores en 2017.

Terrafugia, AeroMobil, Moller International o PAL-V son solo las más famosas de las muchas compañías que ya están ultimando los prototipos de sus automóviles voladores, y todas han señalado 2017 como el año en que dará comiendo la carrera miniespacial. Veamos en acción al AeroMobil 3.0, el modelo de automóvil volador más famoso.

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Hasta ahora las compañías se habían encontrado con dos limitaciones principales a la hora de lanzar al mercado sus prototipos: la fiabilidad y las regulaciones.

Se hacen miles de pruebas de seguridad a cada modelo nuevo de coche que se fabrica, así que imaginad las que serán necesarias para los automóviles voladores. Varios prototipos han sufrido accidentes durante sus periodos de pruebas, sin causar bajas humanas afortunadamente, por lo que las propias empresas han tenido que retrasar los despegues de sus modelos continuamente para asegurar que los niveles de seguridad son perfectos.

Respecto a las regulaciones, a efectos de la ley, un automóvil volador se considera una avioneta. Sin embargo, la idea de tener miles de automóviles voladores en espacio aéreo a la vez aterra a los gobiernos que aún se preguntan cómo se puede regular y controlar todo este tráfico que se generaría si todos contásemos con uno de estos modelos. Por lo pronto, para conducir un automóvil volador, necesitaríamos una licencia de piloto de avioneta que se obtiene después de 45 horas de prácticas y los pertinentes exámenes médicos y teóricos. Nada complicado a priori.

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Pero ahora, después de tantos problemas, dejemos volar un poco la imaginación. Con una media de 700 km de autonomía, usando gasolina convencional para mover el motor, con estos coches podríamos viajar por todo el mundo. No hay problema si visitamos el campo ya que solo requieren 150 m de pista y alcanzar los 130 km/h para despegar, aunque si queremos visitar el centro, mejor en transporte público.

¿Será 2017 el año en el que por fin tengamos que mirar al cielo para ver si hay atasco? Lo dudo mucho, quizás sea el año en el que los primeros modelos salgan al mercado, pero aún queda mucho para reducir lo suficiente los 300 000 € que cuesta de media uno de estos coches, como para abrir este mercado al gran público.

Vía: CNN.