La compañía Boeing es conocida por sus aviones pero es una contrata recurrente de proyectos del ejército estadounidense y de otros países. Una de sus últimas invenciones pretende proteger a los vehículos de una fuente de daño que puede volcarlos o producir daños de distinta indole a sus ocupantes. Se trata de un campo de plasma que absorbe la onda expansiva de explosiones.

No tiene mucho que ver con los campos de fuerza de la ciencia ficción, pero es un concepto semejante. El sistema, ante la detección de una explosión, ioniza mediante láseres, electricidad y microondas la zona de la que procede la explosión. En la práctica lo que hace es calentar una región del espacio mediante el efecto de arco eléctrico para cambiar la densidad del fluido que tiene que atravesar la onda expansiva. Algo similar a lo que ocurre cuando una onda expansiva llega a una masa de agua.

Cualquier fan de la ciencia ficción sabe que un campo de fuerza es un campo de energía que previene todo tipo de daño, ya sean explosiones directas, rayos láser, e incluso partículas espaciales o asteroides, y que la propuesta de Boeing está lejos de ser un campo de fuerza (no protege ni de la metralla de las explosiones, solo de la onda expansiva), pero al menos es un buen comienzo para explorar este apartado.

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Vía: EnGadget.