Hace poco más de un año, en diciembre de 2013, Amazon anunciaba que estaba probando un nuevo servicio de entrega a domicilio. Su característica especial es que iba a ser realizada por drones de reparto gestionados desde un centro de distribución de la compañía. Amazon Prime Air es ideal para zonas rurales con difícil acceso a las entregas, o regiones con mucho tráfico.

Las dificultades al uso de drones en el ámbito civil son diversas, sobre todo de carácter de uso del espacio aéreo. Tras solicitar permiso para realizar pruebas de campo, Amazon ha recibido el visto bueno de la FAA (Federal Aviation Administration), la agencia federal encargada de gestionar el tráfico aéreo. Eso a pesar de que, por ahora, las entregas por dron están prohibidas en EE. UU.

Para realizar las pruebas los drones tendrán que volar a menos de 400 pies (122 metros), y sólo con luz de día. Además tendrán que ser operados remotamente por un piloto de aviones con licencia. Esto choca de momento con la idea de Amazon de usar una flotilla de reparto autónoma controlada por las computadoras de un centro de ditribución cercano.

Otras compañías están preparando su propio servicio de reparto con drones, como por ejemplo Google y su Project Wings. Otros sectores también quieren utilizar drones de caracter civil, como por ejemplo en el rodaje de películas o para grabar eventos deportivos. La FAA de momento quiere saber si son seguros para los ciudadanos y el resto de aeronaves.

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