El director ejecutivo de Tag Heuer lo ha dejado claro: no se trataba del anuncio de un nuevo reloj, sino el comienzo de un nuevo proyecto de colaboración entre tres grandes compañías. Las otras son dos pesos pesados de Silicon Valley como son Google e Intel. El resultado de esta colaboración será un nuevo reloj conectado.

Google va a adaptar Android Wear para los relojes conectados, e Intel pondrá la circuitería para el reloj del que Tag Heuer se encargará de su maquinaria y el exterior. Básicamente, como ya comenté esta mañana, es coger un reloj tradicional y añadirle ciertas capacidades adicionales al estilo de las que poseen las pulseras de actividad física, y no por ello pasan de ser "tontos" a "inteligentes".

Recalco lo de reloj conectado porque no se trata de un reloj inteligente. Durante toda la presentación han hecho referencia a reloj conectado, salvo un par de menciones de los empleados de Google e Intel que se han referido a él como reloj inteligente; por parte de Tag Heuer lo tienen claro y es un reloj conectado.

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¿Por qué puede tener interés Tag Heuer en alejarse del término reloj inteligente? Pues porque se le ha ligado a un tipo de reloj, con pantalla y capacidad de ejecutar aplicaciones, y escasa autonomía (uno o dos días), y ciertamente el reloj de Tag Heuer va a ser algo bastante distinto. También para evitar las comparaciones odiosas con el Apple Watch.

Otro punto que debería solucionar Google en el reloj conectado de Tag Heuer es proporcionar conectividad con dispositivos iOS. Es evidente que el reloj no va a poder ejecutar aplicaciones Android Wear, y que todo posiblemente pase por una aplicación de Google para gestionar la información del reloj. Puesto que los propietarios de iPhone tienen un poder adquisitivo más alto, sería un terrible error para Tag Heuer lanzar un reloj de estas características que no fuera compatible con iOS. Por tanto se acerca la era de la compatibilidad de Andoid Wear con iOS.

Se avecina un curioso problema legal

Ha habido una curiosa pregunta de los asistente y es que, si parte del reloj está hecho fuera de Suiza, qué va a ocurrir con la marca Swiss Made (fabricado íntegramente en Suiza). De cara a la legalidad vigente en el país alpino, Jean-Claude Biver ha dicho que están hablando con el gobierno para determinar qué pondrán en el anverso del reloj.

Puesto que un 80% del reloj estará hecho en Suiza, y que el país no cuenta con los fabricantes de los chips necesarios para el reloj, se abre la puerta a que en su lugar incluya un Assemble in Switzerland (montado en Suiza) o Made in Switzerland (hecho en Suiza). La legislación actual no está pensada para los relojes conectados, y es algo que habrá que explorar.

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Sin más datos hasta final de año

No hay más datos de este reloj conectado ya que la compañía no ha querido dar más detalles sobre sus características o el software que incluirá, emplazando a la prensa a final de año para conocerlo. Lo que se puede presuponer que incluirá el reloj conectado es GPS, sensores de diversos tipos (acelerómetro, ritmo cardíaco, giróscopo, etc.), y algún sistema para recibir notificaciones aunque sea por vibración desde teléfonos Android.

Biver ha querido dejar claro que el Apple Watch es el producto de Apple, y que el reloj conectado de Tag Heuer será el producto de Tag Heuer. Ante la falta de una aplicación definitiva para los relojes inteligentes, quizás el futuro de los relojes es en convertirse en dispositivos conectados, ni más ni menos, con autonomía para durar días sin recargar, y con la estética de un reloj. Y los Tag Heuer no son nada baratos, costando algunos modelos más de 40.000 dólares.