En los últimos años nos están vendiendo las bondades de los relojes inteligentes, pero la realidad es que no venden mucho ni parece que lo vaya a hacer salvo que se superen ciertos problemas que tienen aparejados (autonomía, una aplicación única y revolucionaria...). Los fabricantes suizos, verdaderos expertos que entienden en qué consiste el sector y lo que busca el consumidor, se han mantenido a un lado de esta guerra. Hasta ahora.

Las marcas Frederique Constant, Alpina y Mondaine se han unido para presentar una nueva plataforma para relojes inteligentes llamada MotionX. En realidad yo no los veo como relojes inteligentes, no incluyen una pantalla ni aplicaciones a usar, y tienen simples funcionalidades avanzadas con respecto a un reloj normal (osea, lo que aportaba un teléfono hace 15 años, que también usaban un firmware específico y no por ello se llamaban inteligentes). La denominación la toman como mero efecto publicitario.

Se trata de relojes normales, con maquinaria y una esfera de reloj analógica de toda la vida, y funcionalidades avanzadas que incluyen: monitor de actividad física, monitor de sueño, alarmas para ciclos de sueño, alertas, entrenamiento personal, copias de seguridad en la nube. Puesto que no cuentan con una pantalla y uso de aplicaciones como los relojes inteligentes que lo son de verdad, su batería dura dos años.

Los tres fabricantes mencionados anteriormente han creado una empresa denominada MMT (Manufacture Modules Technologies) para desarrollar la tecnología detrás de sus nuevos relojes. Se pueden comunicar con teléfonos Android e iOS, con aplicaciones específicas para estos sistema operativos.

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Vía: MotionX, EnGadget.