Cada cierto tiempo surgen noticias sobre un nuevo fabricante que bate el récord del teléfono más fino del mundo. Por alguna extraña razón les debe parecer una estrategia de marketing estupenda, sobre todo para que se hable de ellos, pero resultan teléfonos poco prácticos. El nuevo Vivo X5 Max es uno de esos ya que tiene tan sólo 4,75 milímetros de grosor.

El problema en realidad procede de una alta resolución de pantalla (1920 x 1080 píxeles) y una batería bastante justa de 2.000 mAh. Si bien incluye un procesador Snapdragon 615 de 64 bits, puesto que viene con Android 4.4 Kitkat (o una versión llamada Funtouch OS 2.0) ni siquiera cuenta con las capacidades de ahorro de batería de Android 5.0 Lollipop, aunque esperemos que en un futuro cercano Vivo decida actualizar el terminal.

La pantalla es de 5,5 pulgadas y el teléfono cae en el terreno de las phablets. La cámara de 13 megapíxeles sobresale claramente de la parte trasera añadiéndole 2 mm de grosor, y en el frontal incluye una cámara de 5 megapíxeles. Es un terminal de poco grosor pero bastante grande. Incluye jack de audio de 3,5mm, ranura para dos tarjetas SIM (o una tarjetas SIM y una tarjeta microSD), y la conectividad habitual 3G/LTE/Wi-Fi/Bluetooth.

El terminal se pone a la venta el 22 de diciembre por un precio de 2.998 yuanes, o unos 475 euros al cambio aplicando impuestos y tasas de importación.

Vía: EnGadget.