Lo que Google compró por 12.500 millones de dólares ahora lo ha vendido por 2.910 millones. Después de casi un año, la venta a Lenovo de Motorola Mobility se ha competado. Eso sí, tras quedarse con las 10.000 patentes de Motorola Mobility (su principal motivación para la compra) y la sección de proyectos especiales de la compañía de la que ha salido el proyecto Ara de teléfonos modulares.

Motorola era una empresa en crisis, que además le hacía perder dinero a Google cada trimestre, del orden de los 400 millones de dólares. Eso pese al éxito de sus últimos teléfonos como el Moto G o Moto X, pero que debido al descenso en picado durante 2012 y 2013 de las ventas de la compañía se estaba convirtiendo en insostenible, lo que llevó a que Google despidiera a 6.200 trabajadores entre 2012 y 2013.

Lenovo tiene un plan de acción bastante claro con respecto a Motorola: utilizar su nombre para expandirse por occidente. Lenovo tiene mucho éxito en oriente, con una nueva marca de smartphones para luchar contra Xiaomi en China, pero no ha conseguir calar todavía en el mercado europeo y norteamericano. El factor primordial es que para triunfar aquí es necesario que las operadoras crean en tus terminales. En Europa las operadoras conocen bien a Motorola y poco o nada a Lenovo. Las marcas Moto y DROID seguirán utilizándose a corto plazo, centrados en proporcionar teléfonos con versiones puras (o casi) de Android.

Puesto que ya no pertenece a Google, ahora veremos más móviles de Motorola dentro del circuito de subsidios de las operadoras. Google no quería promocionar los productos Motorola por el "qué dirán" del resto de fabricantes. No quería que se uniera la marca a ser el buque insignia de Android, algo totalmente razonable por parte de Google. Indirectamente los compradores de un Moto G o Moto X se han beneficiado de la política de actualizaciones de Google, pero está por ver qué hará Lenovo al respecto.

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Vía: TechCrunch.