Google y Lenovo llegaron hace unas semanas a un acuerdo de venta de Motorola Mobility, quedándose Google con casi todas las patentes de la compañía, dejando claro el motivo por el que compró Motorola en primera instancia. Todavía no se ha completado la venta, y antes de ello Google va a poner sus inversiones en orden.

Lo primero va a ser el cierre de la fábrica a finales de año que construyó en Texas para la fabricación y venta del Moto X y su fuerte personalización. No le ha servido de mucho esa personalización ya que el Moto X no se ha convertido en un éxito de ventas como sí que lo ha conseguido su hermano pequeño el Moto G.

La fabricación en EE.UU fue un truco de marketing como ha quedado demostrado, ya que si bien aseguraban que fabricar un smartphone en EE.UU no tenía por qué ser caro, lo cierto es que le ha hecho un agujero en el bolsillo a Motorola Mobility. Obstinación subvencionada por Google, eso sí, que es quien ha tenido que hacer frente a los cientos de millones de pérdidas que la compañía genera cada trimestre. Actualmente la fábrica de Texas da empleo a 700 empleados, y durante su apogeo el año pasado había 3.800 empleados.

Google se ha quedado también con algunos empleados de Motorola así como el proyecto de teléfonos modulares Project Ara.

Vía: 9to5Google.