Con las navidades casi encima, es probable que uno de los regalos que hayan descartado muchos sea el reloj inteligente Galaxy Gear de Samsung. Ayer un medio de comunicación coreano publicaba que Samsung sólo había vendido 50.000 unidades de su reloj, pero rápidamente un ejecutivo de la compañía ha asegurado a Reuters que la cifra de ventas se sitúa en los 800.000 relojes vendidos.

No es que sea muy desconfiado de esas declaraciones ni de las fuentes internas de Business Korea. No creo tampoco en los analistas ya que su principal trabajo es inferir datos a partir de otros datos que pueden no tener nada que ver. Tampoco en las "fuentes internas anónimas", que pueden haber malinterpretado un dato, o ser mera invención del medio de comunicación. Pero lo que tengo claro es que por la calle todavía no he visto a nadie con un Galaxy Gear en la muñeca, y hasta hace dos días en mi ciudad íbamos casi en manga corta.

Para un reloj que cuesta 300 euros, creo que Samsung se podría haber esmerado más. El diseño es del montón, tirando a feo. Sus características, interesantes pero le falla un punto vital: la batería dura realmente poco. Un día sólo, o menos si lo empezamos a usar. Sin embargo, como prueba de mercado posiblemente no haya estado mal, y más teniendo en cuenta que Samsung tiene los recursos financieros para permitirse fiascos.

Sin embargo, el ejecutivo de Samsung ha asegurado que la compañía va a redoblar esfuerzos de marketing del producto ya que ha superado las expectativas de ventas de la compañía. Pero con tan solo 70 aplicaciones para el reloj, unos meses después de su presentación, puede que las declaraciones del ejecutivo y la realidad sean dos cosas muy distintas.

Actualización: según indica Ars Technica tras una aclaración de Reuters, el dato no son unidades "vendidas" si no "enviadas desde fábrica" (sold frente a shipped en inglés).

Vía: Reuters.