Los últimos proyectos de las hermanas Wachowski han sido tan extravagantes que no han terminado de conectar con el público. Uno de ellos es Sense8, que tras una primera temporada que no estaba mal pero dejaba demasiadas tramas abiertas y se centraba en cosas que no debía, la segunda temporada fue un rotundo fracaso. Más allá de los problemas de las Wachowski con uno de los actores principales que llevó a su sustitución, la segunda temporada es un cúmulo de despropósitos que solo consiguió convencer a un pequeño grupo de fanes de la serie.

Sea como sea, Netflix no tardó ni un mes desde el estreno de esa segunda temporada para anunciar su cancelación, teniendo además en cuenta que fue uno de los proyectos más ambiciosos hasta entonces de la compañía, rodada en dieciséis ciudades y trece países distintos. El acuerdo final entre las Wachowski y Netflix llevó a crear una película que cerrara cabos sueltos, pero es difícil que en hora y media o dos horas de película puedan dejar atado todo lo que fueron vomitando las directoras de la serie en la pequeña pantalla.

Al menos se agradece el esfuerzo de Netflix de dar un desenlace a la serie, y ya solo queda rezar para que las Wachowski en esta ocasión no metan la pata. La película se estrena el 8 de junio, en un servicio de vídeo bajo demanda cada vez más atestado de material de mediocre calidad.