Las noticias de la adquisición de Activision Blizzard por parte de Microsoft ha suscitado muchas críticas en el sector de los videojuegos. Es una compra de gran nivel, valorada en 68 700 millones de dólares, pero está teniendo que atravesar el escrutinio de los reguladores de la competencia de los distintos países en los que tiene presencia. No está yendo tan rápido como lo esperado, y una parte importante del asunto es cómo afectará la salida de franquicias como Call of Duty de PlayStation. Jim Ryan, director ejecutivo de Sony Interactive Entertainment, no ve fácil un acuerdo.

Phil Spencer, el de Microsoft Gaming, dijo recientemente que había firmado en enero un acuerdo para mantener Call of Duty en las PlayStation «durante varios años más», pero Ryan ha dicho que esa oferta es solo de tres años después de que se acabe el acuerdo actual entre Activision y Sony —sería 2024, por lo que se extendería hasta 2027—. Considera que es inadecuada por todos los jugadores que mueve en torno al juego, y que es un tema que estaba en discusión de manera privada entre ambas compañías. Spencer ha hablado de ello en público, por lo que Ryan ha dado su versión de la historia.

Call of Duty es una franquicia que mueve 5.2 millones de dólares al día, o casi 1900 millones de dólares al año. Sony ve importante que la franquicia siga en PlayStation por muchos años, pero la opinión de Microsoft es que su inclusión en el Game Pass no haría que los jugones se cambiaran de consola para disfrutar de los futuros títulos de la saga. Al menos no de manera significativa, sin dar datos, solo mera conjeturas sacando una bola de cristal. Ese tipo de comentarios son los que Sony está haciendo a las autoridades para que no aprueben la adquisición de Activision Blizzard.

Vía: Ars Technica.