Al principio de la pandemia actual se usó ampliamente el término de la «nueva normalidad», de origen difuso pero usada principalmente por China en la pasada década para referirse a su cambio de ciclo económico. Es una forma de dar una mala noticia con miel para que le entre mejor a los ciudadanos, niños a ojos de los políticos, por lo que prefiero volver a la «normalidad normal». Poco a poco se va consiguiendo, o al menos los bares abarrotados atestiguan que se está cerca de ello. El siguiente paso es la recuperación de las ferias presenciales en el mundo de la tecnología y videojuegos, que es lo que nos interesa, y el E3 va a tener la suya en 2023.

La Asociación de Software de Entretenimiento (ESA) estadounidense ha dicho, en boca de Stan Pierre-Louis, su director ejecutivo y presidente, que aunque los eventos digitales están bien y se llega a mucha más gente, el sector está interesada en volver al contacto en persona para mostrar las novedades y probarlas de primera mano.

El evento de 2022 fue cancelado hace unos meses por la expansión de la variante ómicron de la covid-19, empujado por las cancelaciones de asistencia de muchas empresas. No era buena idea tener la mitad de los expositores vacíos por lo que la decisión fue sobrevenida. Se suele celebrar a principios o mediados de junio, pero no hay de momento una fecha para el evento de 2023. Lo que no está claro es qué empresas van a asistir, aunque Microsoft podría ser una fija. Van a tener que trabajarse mucho a las que se han ido separando del E3 para crear eventos propios.

Como la ESA obtiene ingresos por el alquiler de los estands, tampoco es que sea una decisión altruista. Es la vuelta a la normalidad normal en la que las asociaciones tienen que volver a hacer dinero con las ferias, así que salvo que pase algo raro, como que nos caiga un meteorito o nos invadan los marcianos —a ver qué ocurre antes—, para 2023 tendrían que desaparecer los eventos digitales de la nueva normalidad que se convertirá en la ¿vieja nueva normalidad? Cuando los políticos marean la lengua con intenciones paternalistas, ocurren estos disparates lingüísticos.

Vía: EnGadget.