Si algo le ha faltado a la Xbox One para ganar a la PlayStation 4, además de no meter la pata como la metieron en el precio de lanzamiento, es juegos exclusivos. Porque hoy en día ya no tiene ninguno, porque salen a la vez en Windows y en Xbox, y se puede jugar en una u otra plataforma indistintamente; al menos los juegos que son de Microsoft Studios.

La Xbox Serie X tampoco va a tener exclusivos, y está siendo bastante criticado, aunque no se salga de la política de los últimos años de la compañía. Los exclusivos son los que están moviendo las ventas de la PlayStation 4, porque Spider-Man, God of War, Horizon Zero Dawn o Uncharted 4 son juegos excelentes y al consolero medio le encantará.

Phil Spencer, el director de Xbox, ha tenido que salir al paso ante las críticas indicando que lo que está haciendo Microsoft es poner la atención en el jugador y no al dispositivo. Viene a decir que no importa tanto en qué plataforma se juegue sino los juegos en sí y que el jugador se divierta. Aunque esta decisión, añado yo, suponga pérdidas para la compañía. Las ventas de la Xbox One nunca han pasado de lo mediocre, salvo por las de la Xbox One X que ha sido un modelo mucho más interesante.

Al final, según Spencer, lo que quiere Microsoft es que los juegos desarrollados para Xbox lleguen a todo el mundo, y eso pasa por no tener exclusivos. La Xbox Serie X será la mejor consola del mercado, ofreciendo una gran calidad de imagen en los televisores de los salones, pero los desarrolladores podrán adaptar los juegos para aprovechar el rendimiento de los PC. En cada caso, los estudios de terceros decidirán también qué características implementan en sus juegos.

Desde el punto de vista del jugón, Microsoft está haciendo lo correcto, pero desde el punto de vista empresarial le está sirviendo en bandeja a Sony el éxito de la PlayStation 5.

Vía: VG24/7.