Durante su conferencia del E3, Microsoft ha indicado que está trabajando, para sorpresa de nadie, en sus próximas consolas, y eso pasa por una nueva generación. Quizás le dé tiempo a Microsoft a renovar la Xbox One S en un modelo aún más pequeño y económico, pero la mayoría de los jugadores tienen puesta la mira en lo que se presente de nueva generación. Según la web Thurrott.com, que suele tener información fiable, Microsoft tendría en mente 2020 como año para saltar a la próxima generación.

Además, coincide con el año que Sony ha estado barajando también para esa generación, el momento en que las ventas de la PlayStation 4 toquen fondo para remontar, según las palabras de sus ejecutivos. Tanto es raro que Sony y Microsoft cambien de generación al mismo tiempo, por lo que habría que ir marcando 2020 como el momento de ver cuál es el verdadero futuro de las consolas. Según el director general de Ubisoft, sería además la última generación antes de que se impongan los servicios de retransmisión de juegos desde la nube.

La próxima generación de Xbox tendría el nombre en clave de Scarlett, pero no es un único producto, sino una familia de consolas, lo que significa que «podrían presentarse a la vez varios modelos». Sin duda también integraría la tecnología de retransmisión de juegos que comentó Microsoft durante su conferencia.

Se ha estado rumoreando también que el procesador de las próximas consolas de Sony y Microsoft, sin demasiadas sorpresas, utilizarían un procesador con núcleos Zen. El procesador de la Xbox One X es bastante potente en el terreno gráfico, similar a una RX 580 pero con la ventaja de una controladores gráficos óptimos para esa GPU —sacan mucho más rendimiento que los DirectX de PC—, por lo que podría ser el punto de partida para la nueva generación.

Vía: The Verge.