Análisis: Realme C53 review en español

La competitiva gama media se renueva cada seis meses poco más o menos, y si en octubre del año pasado llegaba el C33 de Realme ahora está en el mercado un C53 que le toma el testigo. Tiene bastantes cosas en común, incluido el diseño, pero hace algunas mejoras inesperadas, lo que lo convierte en bastante interesante siempre que se compre al precio adecuado, como me gusta decir.

Desembalado y características

El Realme C53 llega en la habitual caja amarilla de la compañía, aunque es más sencilla todavía. Hay una mínima información sobre sus principales características en la parte trasera. Nada más deslizar la caja se puede ver el habitual encarte de cartón en cuyo interior se encuentra un manual del móvil y la funda de plástico de tono oscuro.

Luego se puede ver el C53 dentro de una bolsa de plástico, y tras quitar otra pequeña bandeja de cartón se puede ver el cargador con un puerto USB tipo A y un cable de plástico blanco semirrígido con un USB tipo A en un lado y un USB tipo C en el otro.

Nada más coger el C53 se nota algo más ligero frente a los habituales móviles de gama que hay a la venta. También es algo más fino que el C33, y la calidad de fabricación es bastante buena para ser un móvil de menos de doscientos euros. Los cantos son planos y la parte trasera tiene un acabado mate con un moteado que le da un buen aspecto y buena sensación al tacto. No se hace evidente en el día a día la grasa de los dedos y no será necesario limpiar la trasera más que de vez en cuando.

Su peso de 182 g lo he notado ligeramente descompensado y desplazado hacia la parte de las cámaras. Con un tamaño de 167.3 mm × 76.7 mm × 7.5 mm es algo más alto de lo habitual pero algo más fino. En ambos aspectos no difiere mucho de la inmensa mayoría de móviles de hoy en día.

En la parte delantera hay una pantalla de 17.1 cm (6.74 in) de tipo IPS con una resolución de 2400 × 1080 píxeles y un refresco de 90 Hz. No es mala pantalla como diré en su apartado. En la parte superior hay una muesca tipo gota de agua con una cámara frontal de 8 Mpx y ƒ/2.0 de calidad normal. En esta ocasión no le ha puesto una lámina protectora de serie, que para mí son buenas noticias.

El sistema de cámaras trasero incluye una cámara de 50 Mpx, bastante mejorada respecto a anteriores que ha usado Realme en esta parte del sector, y una secundaria de profundidad, junto con un flash. Están metidas dentro de un pequeño resalto con una superficie negra con un ligero toque azul y un acabado en brillo. La estética de este móvil es uno de sus puntos fuertes.

El procesador es un T612 de UNISOC, que es bastante modesto para los precios en los que se moverá el móvil. Está acompañado de 6 GB de RAM y 128 GB de almacenamiento, que probablemente sea de tipo eMMC 5.1 por el rendimiento que tiene. Llega con Android 13 preinstalado y la capa de personalización T Edition, que sustituye en estos modelos al anterior.

En el lateral izquierdo hay una bandeja con espacio para dos tarjetas nano-SIM y una micro-SD. En la parte inferior se encuentra el micrófono, altavoz, toma de 3.5 mm y una USB tipo C.

En el lateral derecho están los botones de volumen y el de inicio que dobla función como un lector de huellas dactilares, que no es la mejor posición para ello. Hay que tener cuidado a la hora de registrar la huella para el desbloqueo para que se consiga que la reconozca siempre a la primera. En mi caso, no he tenido demasiados problemas para que la reconozca después de registrarla un par de veces teniendo en cuenta el ángulo en que suelo dejar el dedo.

Rendimiento

El procesador de este móvil es un T612 de Unisoc, siendo un modelo que permite moverlo con fluidez en el día a día si bien no está exento de algún tirón que otro. Es el mismo que el que incluía el C33, por lo que no hay mejora en ese terreno.

Se trata de un procesador con una parte de CPU de ocho núcleos, con un clúster de dos Cortex-A75 a 1.8 GHz y otro clúster de seis Cortex-A55 a 1.8 GHz. La unidad gráfica integrada es una Mali-G52 MP2, que dará un rendimiento bastante discreto al dispositivo. Está fabricado a 12 nm, que no es precisamente un proceso litográfico puntero.

CPU

La parte de CPU de este procesador da un buen rendimiento al móvil, con una interfaz que funciona casi sin tirones, aunque estarán presentes de vez en cuando. Por ejemplo, en la aplicación de Cámara puede tardar un poco en pasar de un modo a otro, aunque eso podría ser también por el almacenamiento, que no es el más rápido del mercado. Lo que no he notado son ralentizaciones al cambiar de aplicación o al arrancarlas.

GPU

El apartado de la unidad gráfica está cubierto con una unidad gráfica bastante normalita. Hace funcionar bien la interfaz y los efectos, pero no servirá tan bien para jugar a títulos que sean exigentes. De hecho, el móvil cambia la resolución de pantalla al entrar en aplicaciones que hagan un uso extensivo de 3D, y en GFXBench la deja en 1536 × 672 píxeles frente a los 2400 × 1080 píxeles que tiene la pantalla.

Los juegos tipo MOBA populares para móviles los puede mover sin problemas a 30 f/s al menos a la calidad mínima, mientras que Diablo Immortal lo moverá a unos 20 f/s, con todo al mínimo, notándose poco fluido de vez en cuando. Para jugar los 90 Hz de la pantalla no tienen efecto.

En cuanto a las pruebas sintética, en una como 'T-Rex' de GFX Bench se pone en solo 34 f/s o los 27 f/s de 'Manhattan' con esa resolución de pantalla de1536 × 672 píxeles, mientras que en otra más compleja como 'Car Chase' se queda en los 10 f/s. El apartado del rendimiento gráfico no es precisamente el fuerte de este teléfono inteligente.

Almacenamiento

En cuanto al almacenamiento, probablemente de tipo eMMC 5.1, será suficiente para las tareas normales del dispositivo. En este caso, en PCMark el móvil alcanza los 208/192 MB/s de lectura/escritura secuencial, mientras que la lectura/escritura aleatoria se queda en los 19/55 MB/s. Son unos valores algo bajos, pero buenos para el día a día. No he notado ralentizaciones ni tirones en la apertura de aplis o al cambiar entre ellas que pudieran deberse al almacenamiento.

Pantalla

La pantalla del C53 es de tipo IPS con una diagonal de 17.1 cm (6.74 in) con una resolución de 2400 × 1080 píxeles y un refresco de 90 Hz. Su calidad es buena aunque no sorprenderá a nadie, con una buena reproducción de colores aunque los cambios hechos por Realme a su capa de personalización de Android hace que las letras se vean muchas veces excesivamente pequeñas y con cierta falta de definición. El tamaño del texto se podrá cambiar en los ajustes de Android.

Por defecto está activada una opción que reduce la resolución de pantalla en juegos para ahorrar batería. Se puede apreciar en algunos, aunque a las pruebas de rendimiento no se aplica. Los resultados de más arriba son con la resolución normal de pantalla. La pantalla en esta ocasión se activará al levantar el móvil, pero no responde a los toques para activarla.

Realme no le ha puesto en esta ocasión una lámina protectora, por lo que entiendo que la pantalla llevará algún tipo de protección propia frente a rayaduras. Hay una capa oleofóbica en condiciones, por lo que la grasa de los dedos no molestará a la hora de usar el C53.

Sobre el brillo máximo, puede llegar normalmente a unos 450 nits, o unos 550 nits en automático. Va a ser un poco complicado verla bien a plena luz del día, sobre todo si le da el sol durante el verano, pero no es imposible. Se echa en falta un brillo algo más alto, aunque tampoco será un problema la mayor parte del tiempo.

Autonomía

La batería de este móvil es una típica de 5000 mAh, aunque para su tamaño y grosor parece adecuada. A pesar de no tener una pantalla OLED y de que el procesador esté fabricado a 12 nm, en realidad este móvil tiene una autonomía bastante decente, sobre las catorce horas usando la pantalla a 180 nits reproduciendo vídeos.

En un uso más realista, que mezcle chateo, navegadores, vídeos, alguna llamada breve, consultar alguna vez un mapa y el uso de aplicaciones similares, y que se use en interiores y exteriores con el brillo en automático, puede aguantar sobre las nueva a diez horas de uso de pantalla. No va a ser el mejor móvil de menos de 200 euros en este apartado, pero no es malo.

Este C53 de Realme dispone de carga rápida de 33 W de tipo SuperVOOC, una buena mejora respecto al C33, y se incluye el cargador apropiado para sacarla partido. Es suficiente para que los 5000 mAh de capacidad de su batería tarden en torno a unos ochenta minutos en cargarse desde cero.

Cámaras

El sistema de cámaras trasero del C53 incluye un sensor principal de 50 Mpx con apertura ƒ/1.8 el cual tiene un sensor de profundidad de 2 Mpx y ƒ/2.4. No hay más en la parte trasera aparte del flash. La cámara de profundidad no se puede usar directamente sino que es para mejorar los resultados de la cámara principal, que como indicaré más abajo ha mejorado bastante.

La aplicación de Cámara ha cambiado de aspecto aunque no de características y ajustes. Se puede elegir entre varios modos de funcionamiento, siendo el de por defecto el 'automático', habiendo un modo 'noche', 'vídeo', y una serie de modos adicionales como el '50M' para sacar fotos de 50 Mpx o el habitual 'manual' que es el modo profesional en el que se pueden modificar diversos ajustes manualmente, como el ISO o el punto blanco.

Es una aplicación superbásica porque realmente el sistema de cámaras trasero es básico. Pero no tengo problema con ello porque siempre digo que es mejor que se prescindan de malas cámaras de fotomacrografía o ultra gran angular para que se centren en los móviles baratos en la cámara principal. Eso es lo que parece que ha hecho Realme en esta ocasión.

De día

En cuanto a la fotografía diurna, debido a lo básica que es la cámara tampoco hay mucho que explorar de ella. He notado que la captura de los colores es mejor que la que hacía el C33, sobre todo quitándole esa tendencia que tenía a potenciar ligeramente el color amarillo en las fotos. Ahora ese color sale bastante bien equilibrado.

También la exposición es mejor porque ha perdido algunas zonas que podían salir notablemente subexpuestas. Eso sí, en algunos objetos se puede notar cierta aureola que deja la cámara durante el posprocesamiento, pero no se va a notar salvo que se amplíen mucho. No he notado que los modos de 50 Mpx o el profesional saquen de por sí mejores fotos.

La siguiente imagen es una habitual que uso para comprobar la calida del color y exposición de las cámaras de los móviles que pruebo frente a la de la cámara X-T4 que uso habitualmente. En esta ocasión no puedo ponerle pegas. El color es muy similar, y solo está ligeramente sobreexpuesta, pero el restultado final es bastante bueno para el precio del C53.

El ajuste habitual de mejora de escena por IA se ha movido a las opciones de la apli de Cámara en lugar de estar como una opción seleccionable directamente cuando se va a sacar una foto, por lo que básicamente la ha pasado a un segundo plano en este móvil. Básicamente es un modo que satura ciertos colores, pero debido a que capture muy bien los colores naturales de la escena lo veo un modo que no aporta nada. Está bien que lo haya alejado del centro de atención del usuario para dejarlo en un tercer plano.

No tiene cámara de fotomacrografía. Las fotos de cerca tienen el problema de que con la cámara principal no las puedes hacer excesivamente cerca o no enfocará, y luego le cuesta enfocar en escenas complejas, como árboles y flores. Esto lo hace mejor el modo profesional, con el inconveniente que supone. Pero siendo las fotos resultantes de 12.5 Mpx, consiguen un buen nivel de detalle.

Altavoz

El RealmeC53 solo incluye un altavoz en su parte inferior, aunque es suficientemente potente para escuchar bien a varios metros. Alcanza unos 75 dB medidos a una distancia normal de visualización de la pantalla. La calidad del sonido es incluso buena, aunque no está exento de los grandes problemas con los graves que tienen este tipo de altavoces.

Cuando se llega al cien por cien de volumen se puede ir un paso más allá y subir el volumen al 150 % en el que casi no se nota esa potencia extra pero no distorsiona mucho más. En este modo el altavoz alcanza sobre los 78 dB, pero distorsiona tanto la música que no merece la pena utillizarlo para lo poco que se gana de volumen.

Software

El C53 llega con Android 13 preinstalado. En el momento de publicar este análisis estaba lista para instalar un parche que incluía la actualización de seguridad de junio de 2023 junto con algunas correcciones de fallos menores en la capa de personalización de Realme. Esta capa cambia mucho respecto a la anteriormente usada por la compañía.

Ciertos elementos de la interfaz ahora son más grandes, como los ajustes rápidos, y la interfaz de la aplicación Ajustes ahora se muestra con un fondo gris claro y letras y símbolos solo en color negro. Le da un aspecto más sombrío pero algo más elegante. Que guste o no dependerá de cada usuario, aunque me da la sensación de que hay una total falta de color en este nuevo diseño, aunque no quede mal.

Hay una buena cantidad de aplicaciones preinstaladas, o que se muestran los enlaces para instalarlas. Habrá que dedicar un tiempo a desinstalarlas, aunque alguna puede serle de utilidad a algunos usuarios. Por ejemplo, la de Facebook, Bolt o Amazon Music, pero a mí me resultan todas prescindibles. No hay casi aplicaciones de la propia Realme preinstaladas, y tampoco una para un 'modo juego' porque, bueno, la GPU de este móvil no es preisamente la más indicada para ello.

Conclusión

El C53 presenta cambios en varios frentes cambiando sustancialmente la calidad de este móvil frente al C33. El primer apartado a destacar es el de la interfaz, con bastantes cambios, lo cual se traslada a las aplicaciones como la de Cámara. Y ese es el segundo aspecto a destacar.

La cámara mejora mucho en el terreno de la captura de color y exposición porque las fotos son mucho más fieles a la escena. Las fotos han perdido ese toque amarillento que le daban la cámara o el posprocesado anteriormente usado por Realme y ahora están francamente bien en ese aspecto. Me ha impresionado este cambio que elimina un fallo que está presente en móviles de la compañía incluso de 400 o 500 euros. Es un buen comienzo.

Otro cambio relevante es la resolución de pantalla IPS, que ahora es FHD+, con buena nitidez, aunque tampoco sea una pantalla buenísima. Se queda más bien en buena, con una calidad de colores buena, suficiente para que se vean bastante bien los vídeos, pero poco más.

El último apartado a destacar sería el diseño. Me gustan los diseños de Realme, pero el C33 tenía una sensación buena pero de móvil barato. Ahora el diseño del C53 es similar, pero más refinado y de móvil más caro.

Por lo demás, el móvil tiene una buena autonomía y un buen sistema de carga rápida. El problema viene del procesador, que no es gran cosa para los estándares actuales, pero le han dado un repaso a la capa de personalización porque la he notado más fluida que en el C53, y eso que el almacenamiento no es especialmente rápido, aunque no dé una fluidez perfecta.

El C53 es un móvil bastante mejor que el C33, y un avance de los cambios que va a introducir Realme en sus próximos móviles. Sobre el precio, bueno, me remito a lo de siempre: es un buen móvil, con pocas pegas, pero siempre que se compre al precio adecuado. El sector de los móviles es tan competitivo que al PVPR no aguantan casi nada, por lo que valorarlo es de poca utilidad.

Puntuación