La variada generación Ryzen 7000 incluye diversos procesadores monolíticos principalmente para portátiles, como los denominados Phoenix, que integran núcleos Zen 4 con unidades gráficas RDNA 2. AMD estaría nuevamente trabajando en llevarlos a los equipos de sobremesa, específicamente para el zócalo AM5, lo que haría que la potente unidad gráfica Radeon 780M estuviera disponible para un público mayor.

Son procesadores con un chip fabricado a 4 nm y de hasta ocho núcleos, por lo que serían muy interesantes para un amplio sector de los jugones. Aportarían una buena potencia general y gráfica sin tener que recurrir a una tarjeta gráfica dedicada. La Radeon 780M tiene una potencia de cómputo de 4.3 TFLOPS, y combinándolo con la DDR5-6000 podría tener un buen rendimiento gráfico. A falta de que lleguen análisis serios de esta iGPU, podría andar sobre una GTX 1650.

También estaría trabajando en llevar los denominados Rembrandt al zócalo AM5, los que han conformado los Ryzen 6000 y que incluyen la iGPU anterior, la Radeon 680M, que también es bastante potente con hasta 3.69 TFLOPS. Tienen un chip fabricado a 6 nm con hasta ocho núcleos Zen 3.

La iGPU del actual Ryzen 5700G tiene una potencia de cómputo de 2 TFLOPS, por lo que llevar estos procesadores de los portátiles a los equipos de sobremesa aportarían un importantísimo empujón de rendimiento gráfico. Serían procesadores ideales para mini-PC y equipos en los que solo se juegue de manera esporádica. Y con 4 TFLOPS de potencia, jugar a FHD y calidad media-alta a 60 f/s en juegos de cierta exigencia sería la norma.

Vía: Tom's Hardware.