Intel ha acelerado en los últimos años la descatalogación de sus generaciones previas de procesadores, mayormente con la idea de hacer más hueco a la producción de los procesadores de la generación más reciente. Por eso no suena raro que Intel inicie la descatalogación de los Core de 11.ª generación, los cuales fueron anunciados a principios de 2021. Más concretamente, en marzo de ese año. Por tanto no han pasado ni dos años antes de que comience su retirada del mercado.

Las compañías que necesiten estos procesadores podrán pedirlos hasta el 25 de agosto de 2023, con los últimos chips producidos saliendo de las fábricas de Intel el 23 de febrero de 2024. Los únicos que se salvan de la descatalogación son los Xeon E para sistema embebidos basados en la arquitectura de estos Rocket Lake debido a que son sistemas para proyectos de largo recorrido.

Vía: Tom's Hardware.