Intel es el principal vendedor de procesadores para PC y las turbulencias económicas le afectan más. Ha habido una clara caída del consumo de electrónica en el segundo trimestre del año y eso ha hecho que la compañía declare sus primeras pérdidas en décadas. Los ingresos cayeron un 22 % interanualmente hasta los 15 300 millones de dólares, con unas pérdidas de 500 millones de dólares frente a los beneficios de 5100 M$ del T2 2021.

Le ha impactado sobremanera la cadena de producción, que según la compañía no ha sabido gestionar durante el trimestre, lo que ha producido un desplome del margen bruto al 36.5 % frente al 57.1 % del mismo trimestre de 2021. El margen bruto es la diferencia entre lo que le cuesta producir los chips y el precio al que los vende, antes de impuestos y otros gastos relacionados de empaquetado, distribución, publicidad, etc. Por tanto, el tortazo que se ha metido Intel en este terreno se ha oído hasta en Siberia.

Pat Gelsinger no se ha marcado un Pedro Sánchez y asume que además de lo relacionado con la coyuntura económica y la guerra en el Dombás la compañía no ha tomado buenas decisiones, habiendo problemas de ejecución que van a resolver. Lo cual dice bastante de la capacidad de liderazgo de Gelsinger, aunque sea evidentemente más ingeniero que economista y eso se está notando. Ahora va bien en el terreno del desarrollo de nuevas tecnologías, y peor en el terreno económico.

Las sanciones occidentales a Rusia se están notando más en Occidente que en el Kremlin. La prohibición de venta de procesadores de Intel en Rusia junto con la alta inflación ha hecho que la compañía vea desplomarse las ventas de procesadores Core y Xeon. La división de Computación de Cliente vio caer sus ventas un 25 %, aunque eso no ha evitado que, debido a la inflación, Intel haya subido ya el precio de muchos de sus procesadores, sobre todo de los Core de 12.ª generación, en torno a un 10 % para ajustarlo al aumento de costes de producción por la caída de ventas, la inflación y el aumento de inventario, lo cual a su vez desincentiva la compra. El tercer trimestre va a ser también duro para Intel salvo que opte por realizar recortes de precio desde el origen. Los beneficios de esta división cayeron un 73 % hasta los 1100 M$.

En cuanto a la división de Centros de Datos e Inteligencia artificial, la situación ha sido similar. La caída de ventas ha sido del 16 % hasta los 4600 M$ con unos beneficios de solo 200 M$ en parte por el aumento de existencias sin vender que se computan como pérdidas. En este sector probablemente le habrá ido bastante mejor a AMD con sus EPYC ya que Intel no tiene nada competitivo para los centros de datos.

En cuanto a la división de Redes y Frontera, los ingresos aumentaron un 10 % hasta los 2300 M$ pero los beneficios bajaron hasta los 241 M$. Las razones son similares a lo anterior: cambio a compra de productos que dan menos márgenes, inversión en los futuros procesos de la compañía, etc.

La división de Computación Acelerada y Gráficos, a la cual está al mando Raja Koduri, ingresó 186 M$ pero perdió 507 M$. Tiene mucha producción de chips sin vender que se están acumulando en el almacén sin darles salida y por tanto computan como pérdidas. La división de Mobileye mejoró ingresos a los 460 M$ con beneficios de 190 M$, mientras que la nueva división de Intel Foundry Services sigue invirtiendo en poner todo a punto para producir chips para terceros. O sea, para hacer de fundición de chips. Sus ingresos fueron de 124 M$ con unas pérdidas de 155 M$.

Vía: Tom's Hardware.