Sony ha intentado innovar en sus nuevos intraauriculares inalámbricos, los LinkBuds, al hacerlos de diseño abierto. O sea, que su pequeña copa no bloquea la salida del sonido del canal auditivo. Los auriculares abiertos suelen producir un sonido más cálido en los modelos grandes, supraaurales o circumaurales, pero no había visto un diseño así en unos pinganillos.

El sonido está procesador por un chip V1 de Sony, y tiene una tecnología llamada DSEE (motor de mejora de sonido digital) para procesar señales comprimidas y mejorarlas. La conexión de estos pinganillos es de tipo Bluetooth 5.2, y tienen una autonomía de hasta 5.5 h reproduciendo música. Se guardan y cargan en una caja de transporte que aporta hasta otras 12 h de autonomía.

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Los transductores están hechos de neodimio y tienen una respuesta en frecuencia entre los 20 y 20 000 Hz. Incluyen micrófono y controles táctiles de música y acceso a asistentes como Alexa o el Asistente de Google aunque se puede activar también con el habitual «okey Google». El diseño de los auriculares está hecho a prueba de agua con certificado IPX4 (salpicaduras y sudor).

Su precio es de 180 dólares.