En los últimos años el panorama de los móviles ha cambiado mucho. China lidera la producción con marcas económicas que renuevan sus modelos cada seis meses (o menos) y las grandes compañías tradicionales tuvieron que adaptarse. Algunas lo han conseguido como es el caso de Samsung, pero otras no y han tenido que ir abandonando el sector. La última en tirar la toalla es LG, que ha anunciado que abandona totalmente en todo el mundo la producción y venta de teléfonos inteligentes.

La compañía no ha dado muchos detalles sobre el cierre pero es de prever que mueva a parte de su plantilla a otras divisiones y que reorganice la producción en las fábricas que estaban dedicadas a móviles. Que tampoco eran muchas en los últimos tiempos. LG se centrará en secciones con mayor crecimiento como los componentes de vehículos eléctricos, dispositivos conectados, domótica, robótica, inteligencia artificial, soluciones empresa a empresa así como plataformas y servicios.

Lo que no va a dejar es de investigar ciertas tecnologías del sector como por ejemplo las de comunicaciones y pone el ejemplo de que seguirá investigando en 6G. Pero también seguirá cobrando por sus patentes y expandiendo su catálogo de tecnologías, y usando activamente las ya desarrolladas en otros proyectos de la compañía.