Al final ha sido menos traumático de lo que inicialmente parecía, aunque las empresas contratadas para desencallar al Ever Given se la han jugado bastante durante el fin de semana. El barco llevaba encallado desde el 23 de marzo, y seis días después, de madrugada, se ha conseguido mover tras llegar remolcadoras más potentes de las que se estaban utilizando en días anteriores. Inicialmente podrían haberse tardado semanas en desencallarlo si se hubiera tenido que recurrir a aliviar el peso de un supercarguero que transporta 18 300 contenedores y tiene 400 metros de eslora.

De hecho el Gobierno egipcio había dado orden de empezar a descargarlo para recuperar el tráfico marítimo por el canal lo antes posible, pero finalmente no fue necesario. Eso sí, se han precisado al menos catorce remolcadoras en plena marea alta —que tampoco es que sea muy alta en un canal artificial— para moverlo, después de varios días de retirar arena en torno a la proa del buque.

La teoría de que la tormenta que acaeció el 23 de marzo fue la responsable de que encallara ha ido perdiendo fuerza para ser sustituida por algún error humano o mecánico del barco. Todavía se sigue investigando, porque me imagino que el Gobierno egipcio querrá pasarle la factura del rescate a la empresa que fleta el Ever Given.