TP-Link aprovecha el tirón de todo lo que lleve gaming en su nombre o publicidad para vender el rúter AX11000 como ideal para jugones. Al menos será así si la conectividad del resto de dispositivos de la casa es de tipo MU-MIMO, o no se podrá distribuir adecuadamente el uso de las ocho antenas de transmisión y recepción que incluye y dará exactamente lo mismo. Si tienes una red casera supermoderna, entonces este es tu rúter.

Dispone de conectividad wifi 802.11ax, de hasta 4804 Mb/s en la banda de los 5 GHz en dos redes diferenciadas —9608 Mb/s en total—, y de 1148 Mb/s en la de 2.4 GHz. Incluye un procesador ARM de cuatro núcleos a 1.8 GHz, con 1 GB de RAM y 512 MB de almacenamiento —para el sistema operativo y funcionalidades del equipo, que no se necesita más—. Dispone de un puerto USB 3.0 y un USB 3.0 tipo C para conectar dispositivos de almacenamiento.

Este enrutador tiene un tamaño de 184 x 288 x 288 mm y cuenta con un diseño un poco más jugón, o al menos entienden eso usando colores negros y rojos y un mallado gris en la parte superior. Cuenta con ocho tomas Gigabit Ethernet para la red local y una 2.5 Gigabit Ethernet para conectarse a la red externa. Tiene los modos de funcionamiento y cifrado más actuales por lo que por ese lado no hay carencias.

TP-Link incluye algunas características «gaming» según ella que permite detectar y optimizar la prioridad de juegos, que viene a ser una calidad de servicio (QoS) automática y dista mucho de ser nada innovador o que no permitan otros rúteres de menor coste.

Su precio es de 399 euros.