Samsung ha presentado junto al Galaxy Note 9 un nuevo reloj inteligente, mejorando el Gear S3 que ya tenía en el mercado. El Galaxy Watch llega en dos versiones distintas para dos tamaños de muñeca distintos. El primero tiene una caja de 46 mm × 49 mm × 13 mm con correa intercambiable de 22 mm, y el segundo tiene una caja de 41.9 mm × 45.7 mm × 12.7 mm y correa intercambiable de 20 mm.

El diseño externo es similar a un reloj tradicional con esfera circular, si bien Samsung mantiene la esfera rotatoria como método de interactuar con el sistema operativo Tizen 4.0 incluido, además de dos botones en el lateral derecho. Varía el tamaño de pantalla, de 1.3 pulgadas o 1.2 pulgadas, si bien la resolución se mantiene igual de 360 × 360 píxeles. Está protegida por Gorilla Glass DX+, recientemente presentada. El procesador en esta ocasión es un Exynos 9110 de doble núcleo a 1.15 GHz, y la batería será de 472 mAh o de 270 mAh, por lo que el primero puede durar hasta 80 horas, o unos tres días, sin utilizar el GPS.

La versión normal incluye Bluetooth 4.2, wifi 802.11 b/g/n y NFC, con 768 MB de RAM y 4 GB de almacenamiento. La versión LTE pasa a tener 1.5 GB de RAM con posicionamiento GPS/Glonass. El diseño está hecho a prueba de agua y polvo, aguantando 5 ATM de inmersión y certificado IP68. Los sensores incluyen un barómetro, acelerómetro, giróscopo, sensor de ritmo cardíaco, y luz ambiente, por lo que es muy apto para todo tipo de deportes y actividad física.

En este sentido, se puede utilizar para realizar el seguimiento del sueño, incluyendo ciclos REM, y hasta treintainueve tipos de ejercicios físicos para que sea lo más versátil posible para los deportistas. No le faltan las alertas personalizadas, cálculo de calorías consumidas, y demás características que se esperan de su software, con una tienda de aplicaciones propia de Samsung.

Funciona con cualquier teléfono con Android 5.0 o iOS 9.0 en adelante. Se pone a la venta a partir del 24 de agosto en EE. UU., si bien a Europa no llegará hasta el 4 de septiembre.