La empresa china Gionee ha presentado una nueva phablet que posiblemente sea del agrado de muchos. La característica que más llama la atención es su amplia batería de 6020 mAh, y afortunadamente cuenta con Quick Charge 3.0 de Qualcomm, que es una cárga rápida de 18 W. Gionee estima un tiempo de habla de 51 horas, 20 horas de uso de pantalla reproduciendo vídeo, y 843 horas en espera. Suena bien.

El procesador elegido es un Helio P10 de ocho núcleos Cortex-A53, repartidos en dos clústeres de cuatro núcleos a 1.95 GHz y 1.2 GHz. La GPU es una Mali-T860MP2 a 700 MHz, que será suficiente para mover la pantalla de 6 pulgadas AMOLED y 1080p de esta phablet. No es el procesador más potente del mercado, pero le debería dar fluidez suficiente.

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Dispone de 6 GB de RAM y 64 GB de almacenamiento, aunque habrá una versión con 256 GB, a lo que hay que sumar que dispone de lector de tarjetas micro-SD. La cámara trasera es de 12 megapíxeles de seis lentes con apertura f/1.9 y un tamaño de píxel de 1.4 µm. Está protegida por cristal de zafiro. La cámara frontal es de 8 Mpx.

Para tener tanta batería, tiene un grosor de solo 8.25 mm, con una estructura de metal y diseño elegante, aunque es un diseño muy común. El escáner de huellas dactilares cuenta con un elemento seguro para la encriptación de la información de las huellas dactilares, que es un chip dedicado para ello y separado del resto de circuitería. Este escáner está situado en el botón de inicio físico frontal, que además actúa de sensor de ritmo cardíaco.

El precio del teléfono es de 3500 yuanes o 470 euros al cambio directo —sin impuestos—, mientras que el modelo de 256 GB de almacenamiento costará 4300 yuanes o 570 euros al cambio directo —sin impuestos—.