La diferencia entre las placas base normales y las de alto rendimiento se pueden pasar muchas veces por alto, pero generalmente estas últimas suelen incluir mejores chips de audio o red. Es habitual ver el controlador Killer E2400 en las placas base de MSI, que está orientado a mejorar la latencia de red y gestionar el tráfico.

Tras la presentación del Killer E2500, la primera placa base en incorporarlo es la nueva MSI Z170A Gaming M6. Es una placa muy similar a la Z170A Gaming M5, prácticamente idéntica, con dos ranuras para M.2, dos SATA Express, conectores USB 3.1 Gen. 2 tipo A y tipo C, compatibilidad con SLI y Crossfire, sonido Audio Boost 3 (basado en Realtek ALC1150) y Nahimic, y gestión del OC del procesador desde atajos de teclado, entre otros.

En el apartado del USB, también incluye un controlador USB de Asmedia, el nuevo 2142, para aumentar al máximo la velocidad de los dispositivos externos ya que funciona sobre una conexión PCie 3.0 x2 (16 Gbps) en vez de x1 (8 Gbps). En la práctica dará un poco igual salvo que se dispongan de dispositivos externos capaces de funcionar a esos 2 GB/s de velocidad de transferencia, aunque en este caso sí que es útil para los dispositivos 3.1 tipo C que llegan a los 10 Gbps.

Sobre el controlador Killer E2500, aporta opciones de calidad de servicio (QoS) que sirve para priorizar un tipo de tráfico sobre otros, análisis de tráfico, o control de ancho de banda. El problema con estos sistemas avanzados es que el usuario final debe gestionarlos, y en este caso se realiza a través de la aplicación Killer, en la que asignar prioridades a distintas aplicaciones, como los juegos por encima de los programas de torrents, para mantener un ping bajo.