AMD todavía no ha tocado fondo. Mucho tiempo de marear la perdiz le está pasando más factura de la que los directivos de la compañía se pensaban. Si bien durante 2015 ha empezado a presentar productos interesantes, AMD no tiene la confianza ni de los ensambladores de PC ni del consumidor, lo que ha vuelto a arrastrar una vez más sus ingresos en el 1T de 2016.

Han ascendido a 832 millones de dólares, un descenso interanual de casi el 20 %, con unas pérdida de 68 M$, ligeramente más que en el último trimestre de 2015. Las pérdidas ascienden a 108 M$ si se contabilizan las devoluciones de préstamos que tiene actualmente suscritos la compañía.

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El apartado de los procesadores ha sido el más perjudicado, y el de las tarjetas gráficas tampoco ha ido mucho mejor. AMD tiene una gran oportunidad de hacer las cosas bien con las tarjetas gráficas Polaris, pero todo depende de si Nvidia tropieza con las Pascal y las DirectX 12.

Los procesadores basados en la arquitectura Zen también son una gran oportunidad para la compañía, y aquí el gran perjudicado es aquel que quiere montarse un nuevo PC. Con AMD fuera de juego hasta final de año que lleguen los primeros Zen de sobremesa, todo son ganancias para Intel. ¿Despertará AMD del letargo en el que lleva sumido dos años?

Vía: Ars Technica.