El GPS o sistema de posicionamiento global, ha pasado de ser una tecnología de uso militar a ser algo común en nuestro día a día gracias a los smartphones. Aunque el más conocido el es GPS (de propiedad estadounidense), existen otros sistemas de posicionamiento como el Galileo (Europa), GLONASS (Rusia) o Beidou (China), aunque ninguno de ellos es tan preciso como el que incorpora la nueva tecnología que han desarrollado en EE. UU.

Los sistemas de posicionamiento determinan la posición gracias a un mínimo de cuatro satélites que envían al receptor la hora del reloj de cada uno de ellos. El receptor mide la distancia al satélite comparando su reloj con los recibidos, y una vez conocidas las distancias respecto a los satélites, el receptor es capaz de, usando la posición de los satélites gracias a las señales que emiten, determinar la posición en la que se encuentra.

A pesar de que existe una variante del GPS con mayor precisión, el GPS diferencial (de un error de metros se pasa a menos de un metro), en Riverside, Universidad de California, se ha desarrollado una nueva tecnología que aumenta la precisión hasta una pulgada (2,5 cm aproximadamente).

Gracias a un incremento de los datos medidos por el sensor, algo que ya se había intentado antes pero procesar y combinar dos flujos de datos, el de la unidad de medición inercial (IMU) con el del sistema de navegación interna (INS) requería mucha potencia computacional para incluirlo en sistemas GPS comerciales, algo que ahora será posible gracias al algoritmo que han desarrollado que reduce notablemente la complejidad de los cálculos a realizar. El estudio completo se ha publicado en la librería digital de la web IEEE Xplore.

Vía: Gizmodo.