Nvidia se pasó por el CES del año pasado para presentar su chip Tegra X1, pero también dos plataformas para vehículos, DRIVE CX y DRIVE PX, la primera para hacer de centro neurálgico del sistema de infoentretenimiento del coche, y la segunda para el piloto automático. Ahora ha presentado la nueva versión DRIVE PX 2.

Esta nueva versión incluye dos procesadores y dos GPU de nueva generación fabricados a 16 nm para dispositivos móviles a los que la compañía no ha dado un nombre. Están orientados a la computación, algo necesario para el aprendizaje profundo (deep learning), la rama de la inteligencia artificial en la que se basa la conducción autónoma. Cada chip Tegra de nueva generación incluye dos núcleos Denver y cuatro núcleos Cortex-A57, junto con una arquitectura indeterminada basada en Pascal.

Nvidia promete más de 8 TFLOPS de procesamiento FP32 (por encima de los 7 TFLOPS de la Titan X, aunque no tenga una arquitectura para computación), lo que multiplica por ocho el rendimiento de la DRIVE PX. En este caso el consumo de la placa se sitúa en los 250 W, además de que su tamaño ha aumentado, y es una placa que necesitará refrigeración líquida y por eso el encapsulado que podéis ver más abajo.

Pero Nvidia está encontrando problemas para convencer a los fabricantes de que utilicen su plataforma de conducción autónoma, y por eso va a desarrollar una solución hardware y software completa de referencia de la que puedan partir. Nvidia ha estado realizando pruebas en Sunnyvale para entrenar a su red neural sobre cómo entender el tráfico, con una combinación de sensores que incluían un Lidar y visión computerizada. El primer cliente de Nvidia será Volvo, que en 2017 equipará a 100 XC90 con la DRIVE PX 2.

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Vía: AnandTech.