La puesta a la venta del iPad Pro ha llegado sólo con un puñado de aplicaciones que saquen provecho de las 12,9 pulgadas que incluye, y del potente procesador Apple A9X. Los desarrolladores no tienen tampoco intenciones de adaptar las aplicaciones de diseño y de productividad debido a las políticas de la App Store.

Esas aplicaciones suelen costar decenas de dólares en sus versiones de OS X, como por ejemplo Sketch que cuesta 99 dólares. Una de las cosas que piden los usuarios es poder probar las aplicaciones antes de comprarlas, y es algo que no se puede hacer en la App Store. Tampoco se puede cobrar por las actualizaciones de las aplicaciones, que es algo muy habitual en las aplicaciones profesionales y una de sus principales fuentes de ingresos.

Además, para las aplicaciones que ya están adaptadas para iOS, estos dos factores significa que no tienen incentivos para adaptarlas específicamente para el iPad Pro debido al coste de desarrollo.

Vía: 9to5Mac.